LA DIETA
MEDITERRÁNEA: ESTILO DE VIDA SALUDABLE Y SOSTENIBLE
La
palabra dieta proviene de la palabra griega “diaita” y que significa estilo de vida. Hoy día, se entiende la
dieta mediterránea, como un estilo de vida saludable y sostenible.
A
lo largo de los siglos, la zona mediterránea ha ido conformando una perfecta
asociación entre agricultura y cultura. El singular relieve de las tierras que
conforman el área mediterránea y su clima, han permitido que se pusieran en cultivo
tierras que, con el paso de los años y de los siglos, se consideren de
extraordinaria fertilidad y que, desde unas prácticas agrícolas
tradicionales, naturales y de respeto al medio ambiente, se fuesen cultivando
excelentes verduras, hortalizas y frutales, produciendo una selección de
alimentos y, al tiempo, una manera particular y original de cocinar. Todo
ello, junto al devenir de los acontecimientos históricos de pueblos como:
celtas, cartagineses, fenicios, griegos, romanos, bárbaros y árabes, han ido
tejiendo toda una creación cultural a base de pequeños huertos, cultivos
autóctonos, consumos locales, modos y técnicas agrícolas, mercados tradicionales, intercambios, elaboraciones artesanales, prácticas culinarias
particulares, sabores, fiestas y celebraciones regionales, reuniones,
prosperidad y tradición. Así es, como desde unas prácticas tradicionales agrícolas,
cuyo objetivo fundamental es la obtención de alimentos de alta calidad respetando
el medioambiente, conservando la fertilidad de la tierra y mediante la
utilización óptima de los recursos naturales, se entiende hoy día que la
dieta mediterránea es una manera de vivir.
La
dieta mediterránea es la forma de alimentarnos, de cómo cocinar los
alimentos, de disfrutar de sus recetas y compartirlas, de entusiasmarse con
los paisajes típicos que caracterizan al mediterráneo y de continuar
engendrando historia, tradición y cultura, todo ello vinculado a nuestros
alimentos locales representativos y su origen.
La
dieta mediterránea se caracteriza por la abundancia de alimentos vegetales,
como pan, pasta, arroz, verduras, hortalizas, legumbres, frutas y frutos
secos, también, por el empleo de aceite de oliva como fuente principal de
grasa; un consumo moderado de pescado, marisco, aves de corral, productos lácteos
(yogur, quesos) y huevos y el consumo de pequeñas cantidades de carnes rojas.
Las investigaciones sobre la dieta mediterránea
muestran que las prácticas agrícolas tradicionales son naturales y
ecológicas, lo cual impulsa y originan beneficios en el ser humano y en el
medio ambiente.
Beneficios sobre el ser humano: Hacer uso de la dieta
mediterránea significa comer sano y los estudios realizados, sobre este tipo
de dieta, han demostrado que el comer sano mejora la esperanza de vida de la
especie humana en diez años. Fundamentalmente, provocaría la disminución de
enfermedades cardiovasculares que están en aumento, debido a unos hábitos
alimentarios que están abusando del consumo de azúcares refinados, grasas
saturadas, aceite y alimentos como la carne.
Beneficios
sobre el medio ambiente: Estudios
realizados por algunas universidades
españolas de las comunidades autónomas de Canarias y Cataluña, concluyen que
la dieta mediterránea es la mejor alternativa para el planeta Tierra. Sus
conclusiones se sustentan en que los modos, prácticas y sistemas de
agricultura tradicional vinculada a la dieta
mediterránea del pasado,
ejercerían una acción beneficiosa para nuestro planeta. Los estudios concluyen haciéndonos saber
que si el consumo alimenticio de España volviera por completo a los patrones
de la dieta mediterránea sería algo muy beneficioso para el medio ambiente. De
los estudios realizados, se destaca:
1.
Las
emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de
alimentos bajarían un 72 %.
2.
La
ocupación de tierras agrícolas se reduciría un 58 %.
3.
El consumo
de energía disminuiría un 52 %
4.
El consumo
de agua un 33 %.
Otros
estudios, los realizados por David
Tilman, ecólogo de la
Universidad de Minnesota (EE UU), nos dicen que,
actualmente, el medio ambiente está siendo dañado por la alta producción
alimentaria y que un consumo de la dieta mediterránea podría:
1.
Reducir
las emisiones de gas de efecto invernadero.
2.
Preservar
el hábitat de las especies en peligro de extinción.
3.
Evitar la
destrucción de bosques tropicales y sabanas.
En definitiva, la dieta mediterránea es un estilo de vida saludable para el ser
humano y sostenible para el planeta Tierra, pues mejoran la calidad
de vida de las personas y no ponen el peligro ni dañan el medioambiente. En
otras palabras, con el empleo de una dieta mediterránea, se tiende a que las
futuras generaciones de cualquier parte de nuestro planeta puedan progresar,
crecer, evolucionar y perfeccionarse. Todo ello conforma, lo que se viene en
llamar, el desarrollo sostenible
y que se fundamenta en encontrar el equilibrio entre el progreso social y económico
de los pueblos, es decir, mejorar la calidad de vida de las personas y no
destruir el medio ambiente.
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