miércoles, 27 de junio de 2018

COSECHA PATATAS 2


Arrancando patatas y regando pimientos y tomates


Alumnado 2ºB

Cosecha de Patatas (Jean Françoise Millet)














Sobre lo escrito




La misma azada que cavó y removió la tierra, y levantó  los exultantes caballones de patatas, hoy, después de generosos días, el filo de la misma vieja azada cortará la tierra y la abrirá.
Sobre el bancal quedarán los tormos de tierra apretada y las patatas descubiertas y desparramadas por el suelo.
Después, el calor del día secará su fina y juvenil piel, serán recogidas y guardadas a recaudo de la soledad y la oscuridad para ser consumidas según convenga.
“De vida y recuerdos”




Comienza a apretar el calor y por estas fechas, como cada año, la cosecha de patatas se hace necesaria y tarea urgente. En nuestro huerto, el alumnado de 2º B, en esta ocasión, será el grupo afortunado de vivir y experimentar de tan magnífica tarea.


Era por mitad de enero cuando el alumnado de 6º A sembró las patatas y a lo largo de todo este tiempo, nuestros alumnos y alumnas han tenido la oportunidad de ir conociendo cada día como ha ido desarrollándose el cultivo de patatas.



Comenzaron a descubrir cómo se sembraban, han realizado sucesivos riegos, han observado las primeras plantas, han conocido de las flores de la plantas… ¡y por fin descubren las patatas bajo la tierra que las vio nacer!




En esta ocasión, el entusiasmo de los niños y niñas es grande, pues le ofrece un magnífico momento en el que observan, conocen y descubren los modos y estilos del arranque de las ptatas, tal y como se hacía antaño en nuestra huerta de Molina de Segura.




Después, quedará realizar alguna receta con “nuestras” patatas y probar en casa sobre el sabor de estas patatas ecológicas y naturales. Estamos seguros que… ¡Les encantarán!




Al calor de la mañana











Conociendo tradición






domingo, 24 de junio de 2018

RECETAS


Una receta para…
¡Alcachofas y acelgas!



Quinoa con alcachofas y acelgas


Áster 6ºA


Ingredientes

·        Acelgas de nuestro huerto

·        Alcachofas de nuestro huerto

·        Cebolla

·        Quinoa

·        Taquitos de jamón

·        Sal


Elaboración


1.  Lavar las acelgas y ponerlas a remojo.

2. Pelamos las alcachofas quitando los pelos de dentro que pueden ser peligrosos.

3. Poner aceite en una sartén y cuando esté caliente ponemos la cebolla a freír. Luego ponemos taquitos de jamón.


4. Sacamos las acelgas de remojo y ponemos  a hervir agua en una olla y cuando esté caliente hervimos las alcachofas.



5. Cocer la  quinoa y poner a freír las alcachofas con un poquito de sal.

6. Poner en la sartén todos los ingredientes excepto la quinoa.


7. Sacar la mezcla de la sartén y colocarlo todo junto en un plato.



Después… ¡a comerrr!





Una receta para…
¡Patatas!




Ensaladilla rusa


Natalia Verdú Flores



Ingredientes





·        Patatas del huerto

·        Mahonesa

·        Atún

·        3 huevos

·        Variantes


Elaboración

1.  Cocemos las patatas ya peladas.


2. Las partimos en un bol.


3. Rayamos dos huevos y medio en el bol donde están las patatas.


4. Después, añadimos los variantes.


5. Posteriormente, añadimos el atún.


6. Por último, lo echamos todo en un recipiente y le rayamos 
medio huevo por encima.





¡Ya está lista para degustar!


jueves, 21 de junio de 2018

LAS CONSERVAS VEGETALES


Para saber más






DE LA HUERTA A LA FÁBRICA: LAS CONSERVAS VEGETALES

Una de las cosas más importantes de la vida industrial de este pueblo, son las fábricas de conservas vegetales, del pimentón y de las harinas, que por sus excelentes cualidades son muy estimadas en todas las partes de la Península.

Párrafo del texto publicado en el Diario Línea con motivo de las fechas festeras molinenses del año 1941.


Vista del paseo Rosales, colegio de la Consolación y chimeneas de conserveras Maximino Moreno y Prieto (Años 60)

Hasta mediados del siglo XX, Molina de Segura se caracterizó y destacó por ser un municipio, esencialmente, agrícola. La huerta tradicional de Molina de Segura, se fue formando gracias a las avenidas periódicas del río Segura a lo largo de muchísimos años. Con sus aportes de sedimentos constituyeron un terreno fecundo que fue extendiéndose por la orilla izquierda del río Segura, ocupando toda una zona que abarca la huerta de la pedanía de El Llano, situada al noroeste, la huerta de arriba, la huerta de debajo, la huerta de Molina, la huerta de la pedanía de Torrealta y la huerta de la pedanía de La Ribera, en el sur, y configurando un paisaje agrario de enorme valor.

Desde la época de los romanos la huerta de Molina de Segura, fue una tierra fértil y en ella se cultivaban diversos tipos de frutales, pero fue la cultura árabe quien mayor impulso y esplendor proporcionó a estas tierras. Las innovaciones tecnológicas que los árabes aportaron, entre las que destacan el empleo de azudes, norias, azarbes, acequias, brazales… para el riego, permitieron regar y cultivar cada uno de los rincones de la extensa huerta.

Vista de la industria conservera Prieto (Años 70)

A lo largo de años de prácticas agrícolas, se fue dibujando todo un paisaje característico en nuestra huerta de Molina de Segura, que ha estado ligado al propio desarrollo del municipio y, al mismo tiempo,  de la Región de Murcia. En este peculiar paisaje heterogéneo de pequeños bancales, veredas, sendas, brazales y acequias, y vigilado y protegido por el río Segura, se fue desarrollando toda una gran variedad de cultivos diversos, especialmente de frutales: albaricoquero, melocotonero, ciruelo, naranjo, mandarino o limonero, y legumbres y hortalizas de temporada: alubias, trigo, maíz, patatas, pimientos, tomates, cebolla, lechugas…todo ello, constituyeron la base alimentaria de la época.

Trabajos en molino de harina
Es precisamente la extraordinaria riqueza agrícola generada por un excelente suelo y una extraordinaria agua de riego proveniente del río Segura, la que acabaría impulsando en Molina de Segura toda una industria conservera vegetal, destinada a la transformación de los productos cultivados y que serían considerados de sobresaliente calidad y dados a conocer a toda la Región de Murcia y exportados a mercados internacionales, lo que permitió dar a conocer nuestro municipio fuera de la Región.
            
De los documentos e información que se tienen, se puede afirmar que la incipiente industria vegetal molinense se inició a finales del siglo XIX,  en los molinos hidráulicos situados próximos a las acequias Mayor y Subirana de nuestra localidad.  Aquellos molinos de agua permitían molturar los granos y frutos de trigo, cebada, maíz y habas, fundamentalmente, y proporcionarían una harina más o menos fina y homogénea que sería la base para la elaboración del pan para el sustento de las familias y la harina para la elaboración del alimento para el engorde de animales domésticos.

Los molinos de harina eran una edificación que, generalmente, constaba de dos pisos. En la parte superior solía utilizarse como vivienda para los dueños del molino y en la parte inferior  se ubicaba el molino propiamente dicho, además, disponía de varías salas que servían de almacén. Aquellos molinos aprovechaban la energía del agua que circulaba por las acequias para transmitir el movimiento mediante un eje y un engranaje a una gran  piedra redonda, llamada muela volandera y que realizaba la molienda por rozamiento sobre otra gran piedra redonda, llamada muela solera. El producto resultante era una harina que, pasada por un cedazo, estaba lista para ser consumida. Los huertanos pagaban al molinero por el sistema de maquila, es decir, el molinero, a uso y costumbre de los harineros, se quedaba con una parte de la harina

Industria conservera La Molinera (Años 70)

Coincidiendo con la industria harinera en el siglo XIX, el cultivo del pimiento  se había extendido por toda la Región de Murcia y, al tiempo, se convirtió en el cultivo por excelencia en nuestra huerta de Molina de Segura. Célebres, por aquel entonces, eran las almajaras, semilleros tradicionales, de pimientos que los agricultores de las pedanías de Torrealta y Ribera cultivaban. La gran cantidad de bancales dedicados al cultivo del pimiento, trajo consigo la industria del pimentón. 


Abriendo pimientos para cascara y molienda
La recogida de la cosecha de pimientos se realizaba durante  el mes de septiembre y a la puerta de las viviendas de los huertanos, y en cobertizos o las propias viviendas,, mayoritariamente, las mujeres huertanas, abrían los pimientos, fundamentalmente pimientos de bola, y quitaban los pezones, después, una vez abiertos los pimientos, se colocaban en zarzos (estructura plana hecha de cañas) y se sacaban a las eras (espacios de tierra limpia, firme y llana que, también, se utilizaba para la trilla de cereales) para secarlos al sol. El resultado de los pimientos abiertos y secados al sol era la cáscara. La cáscara era el pimiento preparado para su molienda.

Los primeros molinos de pimentón coincidieron con la tarea de la molienda del grano de del trigo y otros cereales, es decir, eran los primitivos molinos de harina. En 1846 se instaló el primero molino pimentonero en Molina de Segura y en 1896 había ya tres en Molina. Las primeras industrias que comerciaron el pimentón fueron las de Hernandez Gil y Maximino Moreno, tras ellos, aparecieron Andrés Bernal Gil, Espallardo y Sandoval.

Construcción chimenea para industria 
A finales del siglo XIX y con la llegada de la luz eléctrica, se van acomodando y ajustando la aparición de nuevas máquinas pimentoneras para la molienda. El primer molino con motor eléctrico fue el de la Casa Compañia y fue instalado por el Conde de Heredia Spínola.

La industria del pimentón fue de vital importancia para el desarrollo y economía de Molina de Segura. La mayor parte de los futuros industriales conserveros, que aportaron gran esplendor y fama a nuestro pueblo, procedían del ramo de la industria del pimentón. Se sabe que en 1960 se localizaron 14 molinos pimentoneros y  el apogeo de las exportaciones de pimentón en 1963, origino la instalación de veintidós molinos. Entre los molinos sobresalieron: el de Rogelio Gil que además tenía otros dos en las pedanías de Torrealta y Ribera de Molina, el de Olayo, el de Pepito, Joaquín Franco, el de Compañía, el del Cubo y el del motor de Aguilar y el de José Hernández Gil.

Lata para pimentón

A mediados del siglo XX, por los años cincuenta, en nuestra huerta se va produciendo un cambio en los modos y prácticas agrícolas. Se produce un descenso en el cultivo y dedicación al pimiento. El declive del cultivo del pimiento vino como consecuencia:

1.   Por el azote de los ataques de hongos, fundamentalmente, el fusarium, phitophtora provocando la marchitez de las hojas que se observan flácidas y colgantes.

2. La disminución en el rendimiento en las cosechas de pimientos originado por el continuado y excesivo cultivo en las mismas tierras.

3. El costoso sistema artesanal de la preparación de la cáscara de pimiento para su posterior molienda.

4. Se empezó a sentir el encarecimiento que suponía el traslado del pimentón hasta los puertos  para su exportación.

5. Se produjo la aparición en Alcantarilla de la primera industria conservera vegetal de albaricoque y melocotón y posteriormente, y a los pocos años después, a principios del siglo XX, otra fábrica en Alguazas.

Todo ello, provocó que la gente de la huerta comenzara a cambiar los cultivos de pimiento por frutales de albaricoque y melocotón. Aquellos cultivos, requerían de menos trabajo y ofrecían un mayor rendimiento.

Segunda industria conservera Prieto

El principal motivo del nacimiento y desarrollo de la industria  conservera vegetal fue, sin lugar a dudas, la notable calidad del albaricoque en su variedad de Búlida, que era producido exclusivamente en la huerta de la Vega del río Segura. De la excelencia que la pulpa de aquel albaricoque tenía y las exquisitas cualidades de color, aroma, sabor y consistencia, se dieron cuenta, primero, los franceses y después ingleses y el resto de países europeos. Con lo que se abrió una ruta europea de exportación que se percibió en años de vertiginoso crecimiento industrial en toda la Región de Murcia.

Faenas  en industria conservera
En particular, en Molina de Segura fue naciendo toda una importante generación de fábricas de conservas: Prieto, La Molinera, Hernández Pérez, Espallardo, El Gladiador, Maximino Moreno, El Pelicano, El primor…y que, además, generó un gran aumento de población de hombres y mujeres que acudieron a trabajar desde otros municipios de la Región de Murcia, así cómo, de las provincias cercanas:  Albacete, Jaén, Almería, Granada…Molina de Segura se convirtió en uno de los centros conserveros vegetales de mayor importancia nacional e internacional.

Las primeras fábricas de conserva vegetal que surgen a finales del siglo XIX, en forma de pequeños propietarios artesanos de confitería y otras personas particulares, en las que producían pulpas de albaricoque y se envasaba tomate. También, algunas de aquellas fábricas se dedicaban, casi exclusivamente, al postre de origen árabe que se llamaba "carne de membrillo" y “pan de higo”.

Vista de Molina de Segura a su entrada por Murcia (Años 60)

En cuanto a los edificios que formaban las fábricas de conservas, propiamente dichas, han pasado por varias fases o períodos. En sus principios, se trataba de pequeños focos artesanos desperdigados por el contorno de la huerta, es decir, se trataba de fábricas temporales que ubicaban en edificios o espacios que tenían otras funciones. Se trataba de almacenes  o cobertizos, y en ocasiones, eran las propias viviendas y los patios de las mismas, las que servían de espacio de trabajo en la elaboración de las conservas vegetales. La actividad industrial, también, llamada campañas de trabajo, se concentraba en los meses de mayo a agosto. Con el paso del tiempo, se empezaron a levantar naves industriales, expresamente para el trabajo específico de las fábricas conserveras. En aquellas fábricas de conservas se empezaron a instalarse calderas de vapor que necesitaban de una chimenea para elevar sus humos. Chimeneas que, en la actualidad, han quedado como  símbolos de aquellas fábricas de conservas y que están repartidas por el casco urbano de Molina de Segura.

Faenas en industria conservera

La actividad conservera de aquellas fábricas  destacó en productos agrícolas como el albaricoque y el melocotón. La pulpa de de sus frutos era de los productos más apetecidos y reclamados. La conserva de aquellos frutos se realizaba en botes de hojalata y contenían mitades de albaricoques y melocotones o bien, en forma de mermeladas. Tanto en una u otra forma albaricoques y melocotones eran un exquisito manjar.

Junto a albaricoques y melocotones, destacaron como materias primas para ser conservadas en las fábricas: la pera de tomate, el pimiento morrón rojo, la pera, las alcachofas, los guisantes, la remolacha, la naranja en su variedad satsuma , la remolacha, la calabaza cabello de ángel…












martes, 19 de junio de 2018

domingo, 17 de junio de 2018

COSECHA PATATAS


Cosecha de patatas sobre la abierta tierra



Alumnado 2ºA

Campesinos cosechando patatas (Camille Pissarro)


Sobre lo escrito


Sobre la vieja mesa, que durante tantos años vio tanta hambre aliviar, reposa un plato raspado y deslucido, un viejo y gastado cuchillo y una botella medio vacía de vino acompañada de su fiel vaso, no menos desgastado y ajado que el plato.

Junto al rescoldo de la maltrecha y deshecha chimenea, dos patatas con su piel dorada por el calor, esperan aliviar el hambre del tío José y la tía Francisca.
-¡Francisca, saca las patatas o se quemarán! –manda el tío José.
Sobre el plato raspado y deslucido se ofrecen dos patatas abiertas como la tierra misma que las vio nacer. Mientras, las manos dichosas del tío José reparten la sal y pimienta sobre ellas.
 “De vida y recuerdos”





Día completo en el bancalico. Un paseo para comenzar y dejar que los alumnos y alumnas capten todo a su alrededor. Después, buscamos dónde poder encontrar patatas. Pronto descubren dónde están. El caballón de las patatas se muestra elegante en nuestro huerto y les revela, de manera voluntaria, que están allí.



Descubierto el lugar, es momento de hacerse con la vieja azada y comenzar la faena. El grupo de niños y niñas a un lado y al otro, la azada cortando la tierra en tormos apretados que esconden las patatas. Algunas de ellas, se resisten a soltarse de la “madre” planta. Mientras, los niños y niñas, gozan del momento y de la satisfacción por descubrir lo nuevo.  Son sus pequeñas manos las que, como si del mejor de los tesoros se tratara, con esmero y placer las limpian de tierra, para luego, llevarlas a clase. Ya tenemos escusa para elaborar una sabrosa receta con… ¡patatas del bancalico!.



Después, los niños y niñas completan su visita al huerto regalando fresca agua sobre los cultivos de pimientos y tomates.
¡Toda una sesión bien completa!


Calurosa mañana


















Encuentro admirable