DE LA HUERTA A LA FÁBRICA: LAS
CONSERVAS VEGETALES
Una de las cosas más
importantes de la vida industrial de este pueblo, son las fábricas de
conservas vegetales, del pimentón y de las harinas, que por sus excelentes cualidades
son muy estimadas en todas las partes de la Península.
Párrafo del
texto publicado en el Diario Línea con
motivo de las fechas festeras molinenses del año 1941.
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Vista del paseo Rosales, colegio de la Consolación y chimeneas de conserveras Maximino Moreno y Prieto (Años 60) |
Hasta mediados del siglo XX,
Molina de Segura se caracterizó y destacó por ser un municipio, esencialmente, agrícola. La huerta
tradicional de Molina de Segura, se fue formando gracias a las avenidas
periódicas del río Segura a lo largo de muchísimos años. Con sus aportes de
sedimentos constituyeron un terreno fecundo que fue extendiéndose por la orilla izquierda del río Segura,
ocupando toda una zona que abarca la huerta de la pedanía de El Llano,
situada al noroeste, la huerta de arriba, la huerta de debajo, la huerta de
Molina, la huerta de la pedanía de Torrealta y la huerta de la pedanía de La
Ribera, en el sur, y configurando un paisaje agrario de enorme valor.
Desde la época de los romanos la
huerta de Molina de Segura, fue una tierra fértil y en ella se cultivaban
diversos tipos de frutales, pero fue la cultura árabe quien mayor impulso y
esplendor proporcionó a estas tierras. Las innovaciones tecnológicas que los
árabes aportaron, entre las que destacan el empleo de azudes, norias,
azarbes, acequias, brazales… para el riego, permitieron regar y cultivar cada
uno de los rincones de la extensa huerta.
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Vista de la industria conservera Prieto (Años 70) |
A lo largo de años de
prácticas agrícolas, se fue dibujando todo un paisaje característico en
nuestra huerta de Molina de Segura, que ha estado ligado al propio desarrollo
del municipio y, al mismo tiempo, de la Región de Murcia. En este
peculiar paisaje heterogéneo de pequeños bancales, veredas, sendas, brazales
y acequias, y vigilado y protegido por el río Segura, se fue desarrollando toda
una gran variedad de cultivos diversos, especialmente de frutales:
albaricoquero, melocotonero, ciruelo, naranjo, mandarino o limonero, y
legumbres y hortalizas de temporada: alubias, trigo, maíz, patatas,
pimientos, tomates, cebolla, lechugas…todo ello, constituyeron la base
alimentaria de la época.
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Trabajos en molino de harina |
Es precisamente la
extraordinaria riqueza agrícola
generada por un excelente suelo y una extraordinaria agua de riego
proveniente del río Segura, la que acabaría impulsando en Molina de Segura
toda una industria conservera vegetal,
destinada a la transformación de los productos cultivados y que serían
considerados de sobresaliente calidad y dados a conocer a toda la Región de
Murcia y exportados a mercados internacionales, lo que permitió dar a conocer
nuestro municipio fuera de la Región.
De los documentos e
información que se tienen, se puede afirmar que la incipiente industria
vegetal molinense se inició a finales
del siglo XIX, en los molinos hidráulicos situados próximos
a las acequias Mayor y Subirana de nuestra localidad. Aquellos molinos de agua permitían molturar
los granos y frutos de trigo, cebada, maíz y habas, fundamentalmente, y proporcionarían
una harina más o menos fina y homogénea que sería la base para la elaboración del pan para el sustento
de las familias y la harina para la elaboración del alimento para el engorde
de animales domésticos.
Los molinos de harina eran una
edificación que, generalmente, constaba de dos pisos. En la parte superior
solía utilizarse como vivienda para
los dueños del molino y en la parte inferior se ubicaba el molino propiamente dicho, además, disponía de varías salas que
servían de almacén. Aquellos molinos aprovechaban la energía del agua que circulaba por las acequias para transmitir
el movimiento mediante un eje y un engranaje a una gran piedra redonda, llamada muela volandera y
que realizaba la molienda por rozamiento sobre otra gran piedra redonda,
llamada muela solera. El producto
resultante era una harina que, pasada por un cedazo, estaba lista para
ser consumida. Los huertanos pagaban al molinero por el sistema de maquila, es decir, el molinero, a uso y costumbre de
los harineros, se quedaba con una parte de la harina
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Industria conservera La Molinera (Años 70) |
Coincidiendo con la industria
harinera en el siglo XIX, el cultivo del pimiento se había extendido por toda la Región de
Murcia y, al tiempo, se convirtió en el cultivo por excelencia en nuestra
huerta de Molina de Segura. Célebres, por aquel entonces, eran las almajaras,
semilleros tradicionales, de pimientos que los agricultores de las pedanías
de Torrealta y Ribera cultivaban. La gran cantidad de bancales dedicados al
cultivo del pimiento, trajo consigo la
industria del pimentón.
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Abriendo pimientos para cascara y molienda |
La recogida de la cosecha de
pimientos se realizaba durante el mes
de septiembre y a la puerta de las viviendas de los huertanos, y en cobertizos
o las propias viviendas,, mayoritariamente, las mujeres huertanas, abrían los
pimientos, fundamentalmente pimientos
de bola, y quitaban los pezones, después, una vez abiertos los pimientos,
se colocaban en zarzos (estructura plana hecha de cañas) y se sacaban a las
eras (espacios de tierra limpia, firme y llana que, también, se utilizaba
para la trilla de cereales) para secarlos al sol. El resultado de los
pimientos abiertos y secados al sol era la cáscara. La cáscara era el pimiento preparado para su molienda.
Los primeros molinos de
pimentón coincidieron con la tarea de la molienda del grano de del trigo y
otros cereales, es decir, eran los primitivos molinos de harina. En 1846 se
instaló el primero molino pimentonero en Molina de Segura y en 1896 había ya tres
en Molina. Las primeras industrias que comerciaron el pimentón fueron las de
Hernandez Gil y Maximino Moreno, tras ellos, aparecieron Andrés Bernal Gil,
Espallardo y Sandoval.
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Construcción chimenea para industria |
A finales del siglo XIX y con
la llegada de la luz eléctrica, se van acomodando y ajustando la aparición de
nuevas máquinas pimentoneras para la molienda. El primer molino con motor
eléctrico fue el de la Casa Compañia
y fue instalado por el Conde de Heredia Spínola.
La industria del pimentón fue
de vital importancia para el desarrollo
y economía de Molina de Segura. La mayor parte de los futuros
industriales conserveros, que aportaron gran esplendor y fama a nuestro
pueblo, procedían del ramo de la industria del pimentón. Se sabe que en 1960
se localizaron 14 molinos pimentoneros y el apogeo de las exportaciones de pimentón
en 1963, origino la instalación de veintidós molinos. Entre los molinos
sobresalieron: el de Rogelio Gil que además tenía otros dos en las pedanías
de Torrealta y Ribera de Molina, el de Olayo, el de Pepito, Joaquín Franco, el
de Compañía, el del Cubo y el del motor de Aguilar y el de José Hernández Gil.
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Lata para pimentón |
A mediados del siglo XX, por
los años cincuenta, en nuestra huerta se va produciendo un cambio en los
modos y prácticas agrícolas. Se produce un descenso en el cultivo y dedicación
al pimiento. El declive del cultivo
del pimiento vino como consecuencia:
1.
Por el azote de los ataques de hongos, fundamentalmente,
el fusarium, phitophtora provocando la marchitez de las hojas que se observan
flácidas y colgantes.
2. La disminución en el
rendimiento en las cosechas de pimientos originado por el continuado y
excesivo cultivo en las mismas tierras.
3. El costoso sistema
artesanal de la preparación de la cáscara de pimiento para su posterior
molienda.
4. Se empezó a sentir el encarecimiento
que suponía el traslado del pimentón hasta los puertos para su exportación.
5. Se produjo la aparición en
Alcantarilla de la primera industria conservera vegetal de albaricoque y
melocotón y posteriormente, y a los pocos años después, a principios del
siglo XX, otra fábrica en Alguazas.
Todo ello, provocó que la
gente de la huerta comenzara a cambiar los cultivos de pimiento por
frutales de albaricoque y melocotón. Aquellos cultivos, requerían de
menos trabajo y ofrecían un mayor rendimiento.
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Segunda industria conservera Prieto |
El principal motivo del
nacimiento y desarrollo de la industria
conservera vegetal fue, sin lugar a dudas, la notable calidad del albaricoque en su variedad de Búlida, que era
producido exclusivamente en la huerta de la Vega del río Segura. De la
excelencia que la pulpa de aquel albaricoque tenía y las exquisitas cualidades
de color, aroma, sabor y consistencia, se dieron cuenta, primero, los
franceses y después ingleses y el resto de países europeos. Con lo que se
abrió una ruta europea de exportación que
se percibió en años de vertiginoso crecimiento industrial en toda la Región
de Murcia.
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Faenas en industria conservera |
En particular, en Molina de
Segura fue naciendo toda una
importante generación de fábricas de conservas: Prieto, La Molinera, Hernández Pérez, Espallardo, El Gladiador, Maximino
Moreno, El Pelicano, El primor…y que, además, generó un gran aumento
de población de hombres y mujeres que acudieron a trabajar desde otros
municipios de la Región de Murcia, así cómo, de las provincias cercanas: Albacete, Jaén, Almería, Granada…Molina de
Segura se convirtió en uno de los centros conserveros vegetales de mayor
importancia nacional e internacional.
Las primeras fábricas de
conserva vegetal que surgen a finales del siglo XIX, en forma de pequeños propietarios artesanos de confitería
y otras personas particulares, en las que producían pulpas de albaricoque y se envasaba tomate. También, algunas de aquellas fábricas se dedicaban, casi
exclusivamente, al postre de origen árabe que se llamaba "carne de membrillo" y “pan de higo”.
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Vista de Molina de Segura a su entrada por Murcia (Años 60) |
En cuanto a los edificios que
formaban las fábricas de conservas, propiamente dichas, han pasado por varias
fases o períodos. En sus principios, se trataba de pequeños focos artesanos
desperdigados por el contorno de la huerta, es decir, se trataba de fábricas
temporales que ubicaban en edificios o espacios que tenían otras funciones.
Se trataba de almacenes o cobertizos, y en ocasiones, eran las
propias viviendas y los patios de las mismas, las que servían de espacio de
trabajo en la elaboración de las conservas vegetales. La actividad
industrial, también, llamada campañas
de trabajo, se concentraba en los meses de mayo a agosto. Con el paso del
tiempo, se empezaron a levantar naves industriales, expresamente para el
trabajo específico de las fábricas conserveras. En aquellas fábricas de conservas
se empezaron a instalarse calderas de
vapor que necesitaban de una chimenea para elevar sus humos. Chimeneas
que, en la actualidad, han quedado como símbolos
de aquellas fábricas de conservas y que están repartidas por el casco
urbano de Molina de Segura.
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Faenas en industria conservera |
La actividad conservera de
aquellas fábricas destacó en productos
agrícolas como el albaricoque y el melocotón. La pulpa de de sus frutos era
de los productos más apetecidos y reclamados. La conserva de aquellos frutos
se realizaba en botes de hojalata
y contenían mitades de albaricoques y
melocotones o bien, en forma de mermeladas. Tanto en una u otra forma
albaricoques y melocotones eran un exquisito manjar.
Junto a albaricoques y
melocotones, destacaron como materias primas para ser conservadas en las
fábricas: la pera de tomate, el pimiento morrón rojo, la pera, las
alcachofas, los guisantes, la remolacha, la naranja en su variedad satsuma ,
la remolacha, la calabaza cabello de ángel…
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