jueves, 2 de mayo de 2019

LA LEYENDA DEL GUSANO DE SEDA



Sembrando letras






LA LEYENDA DEL GUSANO DE SEDA



Según cuenta la leyenda china, la seda se descubrió en el año 2640 a. C. Cierto día cuando Xi Ling Shi, esposa del emperador Huang Ti, se encontraba en los jardines del palacio real bajo la sombra de una morera, decidió tomarse una infusión de té. Cuando bebía de su tazón, de la morera algo cayó en su té, Xi Ling Shi intentó sacar aquello pero se deshilachó y se encontró con un manojo de hilo fino que parecía que no tenía fin. Intrigada por lo sucedido, Xi Ling Shi cogió de la morera un puñado de capullos y los metió en la olla con agua caliente. Mezcló los capullos y al poco rato se convirtieron en un gran ovillo. Después, lo sacó y se dio cuenta que aquel hilo tenía un brillo natural y una textura lisa y suave que lo distinguía del resto de hilos que ella mismo conocía.

Como excelente tejedora, Xi Ling Shi, cogió aquel ovillo de hilo e hizo una madeja con la que empezó a tejer sus primeras prendas que eran de las más suaves y cómodas que nunca antes había tejido.  Xi Ling Shi había descubierto el hilo de seda y su extraordinario descubrimiento se convirtió en el secreto de la seda. Como el hallazgo era algo excepcional se consideró no difundirlo fuera de china y se guardó muy bien el secreto hasta, aproximadamente, 1.500 años después de su descubrimiento.


Xi Ling Shi fue considerada como la primera persona que comenzó a dedicarse a la cría de gusanos de seda con la que elaborar la seda y la producción de magníficos y admirables telares de seda. Así fue como los tejidos de seda fueron elaborados por primera vez en la antigua china, y la emperatriz  Xi Ling Shi quien comenzó a utilizar los primeros vestidos de seda. Vestidos y telares de seda se convirtieron en tejidos reservados exclusivamente a los miembros de la familia imperial china, tanto para su propio uso como para ser regalado.

Con el tiempo, dado que en la tradición y la cultura china cada vez se usaba más la cría de gusanos y la producción de seda, acabó por extenderse hasta otras zonas de China y la seda, por su textura y brillo, se convirtió rápidamente en un producto de lujo muy apreciado por los comerciantes. Además, los telares de seda eran muy accesibles y cómodos de transportar. Pero una Ley Imperial decretó secreto la cría del gusano de seda para la obtención de la seda. No podía ser conocido fuera de China, así  todo aquel que revelara el secreto sería torturado hasta morir.



Durante muchos años, los chinos lograron conservar el secreto de la producción de la seda por medio de  medidas sumamente drásticas. Aplicaban hasta la pena de muerte a quien se atreviera a sacar de su territorio huevecillos, gusanos o mariposas de la especie.


Cuando el emperador romano Justiniano tuvo la idea de enviar a monjes para predicar el cristianismo por oriente, aquellos monjes conocieron de las excelencias de los tejidos de seda y quedaron maravillados de la crianza del gusano de seda y los procesos de elaboración de la seda. Por las cabezas de aquellos monjes pasaba la idea de poder sacar del país semillas de morera y huevecillos de los gusanos de seda, pero igualmente, sobre sus cabezas pesaba la estricta y severa condena que les caería. Pero la posibilidad de que pudieran conocer fuera de China el secreto de la crianza del gusano de seda, les armó de valor y astucia. Uno de aquellos monjes ideó un plan. En el hueco de sus bastones de bambú, introdujeron semillas de morera y huevecillos de gusano de sea, y así, cuando decidieron salir del país, lograron burlar la vigilancia a que estaban sometidos y consiguieron sacar hacia sus territorios.




De esta manera con el paso de los años, la crianza del gusano de seda llegó a Europa. Italia, Francia y España fueron los lugares donde obtuvieron excelentes resultados y la crianza del gusano de seda se convirtió en una práctica y rentable actividad para muchísimas personas que decidieron dedicarse a ello.






3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante este maravillosísimo articulo😊🐱‍🐉❤

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  2. gere de chine te er a espeñe ñeñeñeññeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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