domingo, 29 de noviembre de 2015

SIEMBRA RÁBANOS MURCIANOS


Sembrad  y sembrad rábanos…¡murcianos!


Alumnado 4º B


Un camino en la vida




De todos los oficios que ejercen los seres humanos, el más hermoso es el de sembrador. Levantarse con las primeras luces,…esparcir semillas,…creer en la tierra,…confiar en las nubes y en el cielo.



Campesino sembrando a la puesta del sol (Van Gogh)

Hoy hemos sentido la ternura de tener sobre la palma de la mano las diminutas semillas y el increíble principio de vida que encierran. Lanzadas al aire, caerán por su peso a la tierra que les dará cobijo, abrigo y vida.
Venid todas las semillas y germinar sobre esta tierra generosa.  Dejad ver pronto el regalo que encerráis dentro.



Hoy hemos sembrado rábanos murcianos. Las semillas parecían legumbres. Yo no había visto nunca semillas tan pequeñas.
Primero cogimos las semillas y las esparcimos por la tierra. Después, removimos la tierra para que las semillas se metieran dentro. Al final, cogimos las regaderas y regamos.
                                                                                                             Salma 4º B








Hoy hemos bajado al huerto con nuestro maestro Pepe y hemos sembrado rábanos. Nos explicó que las semillas no hay que ponerlas juntas porque si no se están molestando y no crecen bien. Luego regamos con las regaderas.
Me lo pasé bien y además, Alejandro y yo jugamos con las lombrices.
                                                                                                                        Yaser 4º B









Hoy hemos ido al huerto toda la clase porque la profesora de religión no ha venido. Las semillas de rábanos son muy pequeñas.
Antes de sembrar removimos la tierra. Para sembrar tiramos las semillas al aire y caen en la tierra.
Lizbeth y yo vimos muchas lombrices y se las dimos a Yaser y a Alejandro que estaban buscando en la tierra.
                                                                                                              
                                                                                                                                         Natalia 4º B








Hoy bajamos al huerto a sembrar rábanos murcianos. Primero cogimos las semillas y las lanzamos al aire. Luego, tomamos las regaderas y las regamos de muy cerquita. Por último, nos pusimos todos, a buscar lombrices en la tierra.

Me lo pasé MUY BIEN.
                                                                                                                      Lizbeth 4º B






Semillas al viento




martes, 24 de noviembre de 2015

PLANTACIÓN LECHUGAS

Verdes lechugas entre el cielo y la tierra


Alumnado Infantil 4 y 5 años


Sobre lo escrito




Mi huerto bonito

Mi huerto es bonito
porque bonitas son las plantas,
la tierra y su trocito de cielo.

¡Maestra yo quiero ir al huerto!
Quiero hablarle a las plantas
y cantarle al cielo.

¡Maestra!,
¿Hoy vamos al huerto?


 
Huerto de árboles en flor (Camille Pisarro)

¿Hoy vamos al huerto? Hoy vamos al huerto. Son los niños y niñas de 4 y 5 años que están deseosos de ir y encantados de pisar el huerto. Hoy, ellos los harán bonito para que el resto de sus compañeros y compañeras lo encuentren bonito. Hoy, darán color verde sobre la tierra de este huerto.
                                              

Entre sus manos comienzan a acariciar las pequeñas lechugas. Observan sus pequeñas hojitas y sus raíces. Después, las dejan sobre el hoyo hecho en la tierra y las abrigan con tierra. Queda solamente una cosa… ¿Les gustará regar! Uffff... ¡Cómo les gusta! Todos quieren una regadera, eso si, de su color favorito.


Para despedirnos, la despedida. Hasta pronto mi huerto. 

¡Maestra quiero ir al huerto!



¿Maestra vamos al huerto?


Quiero hablarle a las plantas


y cantarle al cielo.


Quiero ver el color verde


 entre el cielo y tierra.


¡Maestra vamos al huerto!


Quiero pasear contigo,


enseñarte las plantas


y regar conmigo.

Pasea conmigo por mi huerto bonito


domingo, 22 de noviembre de 2015

LA ESCARDA

Para saber más




LA ESCARDA

Se entiende por escarda la tarea realizada por huertanos y campesinos cuando quitan o arrancan las hierbas dañinas o perjudiciales de las tierras sembradas o cultivadas.

Desde cientos de años, se ha considerado la escarda como una de las labores de huertas y campos, que gozaba de mayor prestigio y estimación entre hombres y mujeres de huertos y campos.
 
Los alumnos y alumnas escardan los cultivos del bancalico del Cervantes

La escarda o limpieza de huertas y campos se realiza para evitar la abundancia de malas hierbas que entorpezcan los cultivos y, por tanto, disminuyan las cosechas. La tarea se puede hacer a mano o con un instrumento adecuado y apropiado para ello: azada, legón, picaza… No obstante, lo verdaderamente importante es tener limpio el terreno antes y después de la siembra o la plantación.

Sobre la escarda, a principios del siglo XV, el cardenal Cisneros y Arzobispo de Granada que era consciente del gran abandono de la agricultura en España durante muchos años, y en los sucesivos periodos de guerra, encargó a Gabriel Alonso de Herrera, un libro para de acabar con el amplio desastre de la agricultura española. Fruto de ello, en 1513 sale a la luz la  obra “El libro de Agricultura”, que fue impresa en Alcalá de Henares en 1513. Más concretamente, en el capítulo IX, titulado: Del modo y tiempo de escardar lo sembrado se recogen las ideas de Alonso Herrera:

Escardar ó Sallar
Escardar ó sallar son, según tierras, diferentes maneras de nombres, porque cada suerte de gente tiene diferentes vocablos: la significación toda es una , porque esta no se puede variar; quiere decir, limpiar lo sembrado de malas yerbas, no solamente las dañosas mas aun las inútiles,… porque cresciendo mas que ello no lo deja crecer; cómese la sustancia, y aun ahógalo:… asi es necesario en toda manera de plantas entresacar lo malo y dañoso; en los árboles los resecos, en los ganados lo roñoso y enfermo, en el trigo y cebada y otras simientes menudas todas las yerbas.

Pienso yo que en algunos lugares será necesario entresacar la yerba; porque si esto no se hiciese, lo sembrado entre ella se ahogaría.

Un siglo más tarde, en 1626, Miguel Agustín, fue Prior de la orden de San Juan de Jerusalén, publica la obra “Libro de los secretos de agricultura, casa de campo y pastoril”. En dicha obra Miguel Agustín cuenta de las excelencias de la agricultura que enseña a cultivar la tierra y a plantar árboles. Además, incluye las excelencias de la actividad pastoril que enseña a criar todas las especies de animales domésticos, terrestres y volátiles.

Con los escardillos en las manos

En cuanto a los consejos sobre la escarda que da a huertanos y campesinos, destacan:

Limpieza de matas infructiferas

“Cuando llegare la Primavera, en que los trigos hayan echado sus raíces firmes será necesario escarpar y limpiarlos de las yerbas infructíferas y de poco provecho, las quales con la abundancia de las aguas, han producido mucho, como son, yerbos, dormideras, amapoles y otras; será bueno también bolver á escarpar ó escardar quando empezáren los trigos á echar las espigas, y de esta manera saldrán los trigos limpios. La segunda vez que escarpareis no será necesario más que mover la tierra, y unirla haciendo esto; por lo que muchas veces las malas yerbas ahogan los trigos, echandolos por tierra por su grande gallardía y pujanza”.

Sembrados y cultivos limpios



miércoles, 18 de noviembre de 2015

PLANTACIÓN DE LECHUGAS

Plantamos lechuguinos y tendremos lechugas


   Alumnado 1º A
     
                                     

Recuerdos



Mi niñez (Joan Manuel Serrat)

Al viento los ombligos, volaban cuatro amigos, picados de viruela y huérfanos de escuela, robando uva y maíz, chupando caña y regaliz.
Creo que entonces yo era feliz.



 
Plantar un árbol (Sir George Clausen)



De cómo una niña aprendió a plantar lechugas


Como muchos otros días, aquel día, Marta acompañó a su mamá y su papá al mercado. Como siempre, aquel día, se detuvieron en el puesto del señor Matías, el de las lechugas. Al llegar, Marta saludó con prontitud al señor Matías. Sobre el puesto, Matías tenía toda una montaña de lechugas bien grandes y bien hermosas.

La mamá de Marta comenzó a escoger algunas lechugas del montón y de pronto, Marta, extrañada, se quedó mirando una diminuta lechuga que apareció en el montón. Era una lechuga muy, muy, muy  pequeña. Nunca antes había visto una lechuga como aquella. Una lechuga tan pequeña. Rápidamente, Marta cogió la pequeña lechuga  y preguntó qué era. Matías, el de las lechugas, le dijo que era un lechuguino. Jamás había oído aquella palabra y tampoco antes había visto una lechuga tan pequeña. Matías, el de las lechugas, le dijo que si la quería se la podía llevar. Marta se sintió feliz y miró a sus padres con gran satisfacción por tener entre sus manos un lechuguino.

Al llegar a casa, Marta con el lechuguino en sus manos fue a su habitación. Dejó la pequeña lechuga en una mesita y se puso a leer uno de sus libros favoritos. Al ratito, escuchó una voz que le hablaba. Sorprendida, miró al lechuguino y comprobó que quien le hablaba era el lechuguino. Marta asombrada, preguntó si los lechuguinos hablaban. Entonces el lechuguino le contó que las lechugas cuando son pequeñas hablan. Pero solamente a los niños y a las niñas que saben que no le harán daño. Aquella lechuga pequeña estaba segura que Marta era una niña que no le haría daño y que la cuidaría.

Pasaron algunos días y Marta observó que su amigo el lechuguino, estaba bastante pachucho y mustio. Casi ya no le hablaba ni le decía nada. Marta empezó a preocuparse y le preguntó qué le pasaba. El lechuguino con voz muy baja y entrecortada, contó que en pocos días moriría y no podría hacerle compañía. Estaba muy debilitado y sin apenas fuerza. Aquellas palabras del lechuguino dejaron a Marta bastante apenada y llorosa. Y le preguntó qué podría hacer para que se recuperase. El lechuguino explicó que si de verdad quería ayudarle, debía hacer algo. Marta le suplicó que le contara cómo socorrerle. Entonces el lechuguino le contó. Debes coger una maceta, un poco de tierra y agua. Después, pondrás la tierra en la maceta, harás un pequeño hoyo en la tierra y me meterás dentro. Me abrigarás con la  tierra y me regarás con buena agua.

Marta salió de su habitación con su lechuguino y en el jardín de su casa, hizo lo que le había dicho. Cuando el lechuguino se vio dentro de la maceta, empezó a sonreír. Empezaba a recobrar su buen estado. Ahora se encontraba feliz y contento. Marta preguntó al lechuguino si necesitaba algo más. Deberás ponerme al sol todos los días y cuidar que la tierra de la maceta esté siempre húmeda.

Cada día, Marta ponía la maceta con su lechuguino al sol y la regaba cuando la tierra empezaba a secarse. Después de poco tiempo, había merecido la pena. El lechuguino había crecido mucho, mucho, mucho. Marta se sentía bien satisfecha de su buen trabajo y sobre todo, de haber aprendido cómo plantar y cuidar una planta.

            Ahora ya no tenía un lechuguino, sino una hermosa lechuga con unas hojas muy bonitas, grandes y verdes.


                                                                               

                                                                                              “Sobre historias que me contaron”




Había una vez...



Había una vez un huerto


que alegraba siempre el corazón


lleno de color


un mundo de ilusión


pleno de alegría y emoción.


Había una vez un huerto


sin temer jamás


al frío o al calor


el huerto siempre daba su función.


Para no olvidarte



lunes, 16 de noviembre de 2015

ESCARDA EN EL BANCALICO DEL CERVANTES

Escarda en el huerto

Alumnado 4º A


Refranero castellano



   La escarda en refranes:
   Trigal bien escardado, al segar muchos puñados
   Pocas veces a escaldar, pocas espigas al segar
   El bien escardar se conoce al segar
   No pretendas ahorrar lo que cuesta escardar


Campesino quemando malas hierbas (Van Gogh)

Hoy, como fue ayer y como será mañana, bajan los niños y niñas de sus aulas para realizar la escarda en los primeros cultivos de nuestro huerto.




Hoy hemos ido al huerto con nuestro profesor Pepe. Al principio Pepe nos dio una pequeña charla y nos decía como teníamos que escardar. Teníamos que hacerlo con un cuchillo.
Hicimos dos grupos. Uno que quitase las hojas secas del huerto y otro, tenía que escardar.
A una compañera llamada Kaoutar y a mi nos tocó recoger las hojas secas del suelo. Luego nos tocó escardar con las compañeras Aya, Fátima y Alejandro.

Los demás que eran Nicolás, Yaser, Alí y Jassine, les tocó limpiar y recoger las hojas.
A mis compañeras Aya y Fátima se equivocaron y quitaron algunas plantas de cebolla.                                                                                                                                                    
                                                                                                                                            Jesús 4º B







Hoy hemos bajado al huerto para escardar. Escardar significa quitar las malas hierbas. Aya, Salma, Alejandro y yo hemos estado en el mismo bancalico.



Mis compañeros  Kaoutar y Jesús estaban cogiendo hojas secas y metiéndolas en una gran bolsa. Kaoutar  cogía las hojas y Jesús sujetaba la bolsa.

Nicolás y Yaser trabajaban con el rastrillo

Aya y yo nos cambiamos de bancalico y nos hemos equivocado y hemos arrancado unas  cebollas, pero nuestro profesor Pepe lo arregló. Nuestra compañera Salma hizo unas fotos a nuestro compañero Alejandro quitando hierbas malas con un cuchillo que no tiene filo y sin punta para no hacernos daño.

Al final, recogimos todo y nos fuimos a clase.

                                                                                                                                           Fátima  4º B




Hoy bajamos al huerto. El profesor Pepe nos explicó una palabra nueva que es escardar.

Después formó equipos, y a mí me tocó con mis compañeros Fátima, Alejandro y Salma. Luego, yo encontré una lombriz  y se me cayó al suelo. La estuve buscando pero no la encontré. También, mis compañeros Yaser y Nicolás encontraron arañas muy pequeñas.

Yo me divertí mucho.

                                                                                                                                                  Aya 4º B







Hoy hemos ido al huerto. Nos hemos separado en tres grupos. El primer grupo era Fátima, Aya y Salma y estuvieron quitando hierba. El segundo grupo era Alejandro, Yaser, Jassine y Alí, y fueron a quitar hojas secas. Y el tercer grupo era Jesús y yo. Jesús abría una bolsa y yo cogía las hojas del suelo y las metía.



Por último, todos fuimos a quitar las malas hierbas con un cuchillo sin punta que trajo el profesor Pepe.

                                                                                                                                         Kaoutar 4º B





Refranero:

Quien mejor escarde sus sembrados, recogerá en julio más puñados. 

viernes, 13 de noviembre de 2015

SIEMBRA GUISANTES

Guisantes que brotarán de la tierra
 

Alumnado 6º B       


Retazos de antaño



Con el cántaro sobre la cadera, baja la mozuela a por agua al río. Allí, en el pequeño, silencioso y reservado recodo, la mozuela y el agua se regalan la siempre mirada furtiva.



El sembrador (Jean Françoise Millet)

En el huerto que era mi huerto



En el huerto que nunca fue mi huerto


soñé que le quería


y sentí que me quería.


En el huerto que siempre será mi huerto


 me soñaba y yo le sentía


todo en el huerto, 

fue un sueño ese día.



Soñando y sintiendo