domingo, 10 de febrero de 2019

EL OLIVO, LAS OLIVAS Y EL ACEITE


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El olivo, las olivas y el aceite








EL OLIVO, LAS OLIVAS Y EL ACEITE

“A lo que aceite de oliva echo, sácole provecho”
                                                                                                    Refrán popular

Sobre el origen del olivo existen diversas opiniones de historiadores, pero la mayoría apoyan la teoría y la creencia de que el olivo procede de la antigua Mesopotamia hace unos 4.000 años a.C., de donde poco a poco se fue extendiendo al resto del mundo. Lo cierto, es que todos los historiadores y expertos coinciden en señalar que el olivo es uno de los árboles más antiguos y tradicionales que ha cultivado el ser humano a lo largo de la historia y que a lo largo del tiempo, fue extendiéndose por todos y cada uno de los países mediterráneos y su historia, queda unida a la propia existencia del ser humano. De los restos arqueológicos encontrados se sabe, que el cultivo del olivo se remonta a nuestros antepasados primitivos. Los fósiles de hojas de olivo encontrados, dan testimonio de que el olivo ya existía en el periodo del Paleolítico, hace unos 35.000 años a. C. Igualmente, se han hallado restos antiguos en El Carcel (Almería) y la paleontología los sitúa en el período del Neolítico, hace unos 5.000 a.C.




El olivo es considerado como uno de los más grandes protagonistas que, a lo largo de la historia, más han influido en la agricultura mediterránea y que junto con el trigo y la vid constituyeron la base de la alimentación de todos los pueblos mediterráneos.


Escena recogida oliva
(Vasija de Micenas, siglo VI a.C.)



Tanto el legendario árbol del olivo como el aceite que se obtiene de sus frutos, las olivas, han ido acompañado a lo largo de la historia a las distintas culturas que se fueron poblando y desarrollando en las tierras bañadas por el mar Mediterráneo. Hoy sabemos de la importancia que tuvo en la antigüedad el olivo y su aceite, pues muchas son las referencias en textos escritos como mitos y leyendas. También, en pasajes que se cuentan en la Biblia y el Corán, citan al olivo y su fruto. Igualmente, son numerosas las referencias que, a lo largo de muchísimos años, nos han llegado sobre la importancia del olivo y el aceite en la vida cotidiana del ser humano.


Aceite de oliva
(Tacuinum Ssnitatis, siglo XIV)

Comerciantes griegos, fenicios, romanos, cartagineses…en las orillas del mar Mediterráneo se encargaron de difundir el cultivo y las aplicaciones de la aceituna. Aquellos pueblos fueron conocedores de las virtudes y beneficios del olivo.

El olivo cuyo nombre científico es Olea europaea y que, también, es conocido por el nombre de olivera, es un árbol de tamaño mediano, su altura puede oscilar entre los 4 y 8 m dependiendo de la variedad. Se trata de un árbol muy resistente a la sequía, de ahí que la mayor parte de los olivos cultivados, lo hacen en tierras de secano. Puede permanecer vivo y en producción durante cientos de años. Es extraordinariamente longevo. Se conocen olivos que son milenarios, pues una vez que su tronco se agota o enferma surgen nuevos brotes que le permiten sobrevivir.

En la antigüedad el olivo fue considerado como árbol inmortal. Tiene un tronco grueso muy retorcido y el color de su corteza puede ir desde el gris al verde grisáceo. El cuerpo del árbol tiene bastante ramificación y tiende a producir una copa redondeada y bastante densa. No obstante, cuando el olivo se cultiva, se realiza una poda con el fin de que no crezca en exceso  y, además, para que la luz del sol entre por entre sus ramas. Tiene un follaje siempre verde y sus hojas tienen forma lanceolada, de color verde plateado por el haz y grisáceo pálido por el envés. 


En primavera comienza su floración y sus flores aparecen agrupadas en sus ramas formando inflorescencias muy densas.  La maduración de las flores produce el fruto de las olivas o aceitunas cuya forma, generalmente, es ovalada, aunque también las hay que tienen forma globosa. Son carnosas y su color es verde en su estado juvenil y conforme van madurando van tornando hacia un color rosáceo, violáceo y, finalmente, negro.


De los estudios realizados, todo parece indicar que el olivo llegó a Europa con los Fenicios, que llegaron a Chipre, Creta y las Islas del Egeo, desde donde pasaría a Grecia y posteriormente a Italia, siendo los romanos los que introdujeron el olivo a gran escala en la Península Ibérica. 


El uso del aceite en otras civilizaciones como griegos, fenicios, romanos, judíos, cartagineses, árabes, hispanos… y demás pueblos, también, tuvo numerosos aprovechamientos. Así, el aceite de oliva era aprovechado para pagar tributos y formaba parte de las recompensas y de los salarios. Igualmente, se empleaba en la farmacopea como tratamiento de las quemaduras y las grietas de la piel. En la cosmética para la elaboración de aceites esenciales y ungüentos. Sin embargo, la gran riqueza que el aceite ha tenido desde la antigüedad hasta la actualidad, ha sido la de constituir uno los productos base de la alimentación de la población, junto con el vino, los cereales y las legumbres, constituyeron los componentes  principales de la Dieta Mediterránea, siendo, hoy día, una de las más estimadas y aprovechadas para la salud de las personas.

Es en los últimos años cuando se ha comprobado lo que las civilizaciones antiguas ya sabían de las excelencias del aceite de oliva con un alto valor nutricional para la salud humana, e igualmente, un componente esencial para prevenir muchas enfermedades relacionadas con la alimentación. El aceite de oliva es considerado hoy día como lo mejor de la Dieta Mediterránea.

El aceite de oliva


En la antigüedad el aceite de oliva se empleaba por sus propiedades curativas en tratamientos de afecciones dermatológicas, para cicatrizar y como antiséptico para heridas, quemaduras y enfermedades ginecológicas. Asimismo, se recomendaba como alimento para combatir enfermedades cardiacas. También, el aceite tenía distintos aprovechamientos con finalidad religiosa, pues se realizaban libaciones en los altares y se ungían las estelas funerarias y las piedras sagradas.

Desde la antigüedad hasta nuestros días el cultivo del olivo ha ido cobrando una gran importancia y el aceite de oliva el producto estelar de la cocina mediterránea. Marco Gavio Apicio,  gastrónomo romano del siglo I d. C, autor del libro De re coquinaria, nos cuenta que el aceite de oliva se utilizaba en la fritura de la cebolla, el cordero y el pescado. Apicio lo menciona en todas sus recetas, como el condimento habitual de las verduras.

Es aceptado por todos que el aceite de oliva, o también llamado “oro líquido”, como componente  imprescindible en la gastronomía y se considera como un elemento inseparable a la formación, desarrollo y conservación de la cultura mediterránea.




En el arte de cocinar, todas las propiedades del aceite de oliva son aprovechadas y se recomienda tomarlo en crudo en el aliño de ensaladas o sopas frías o calientes.

El aceite de oliva proporciona un aroma y un sabor agradable y característico en todas las preparaciones de la cocina. Ya sea en crudo o cocinadas.

  1. Principalmente, en crudo se utiliza para aliñar ensaladas y verduras. Se utiliza en la preparación de tostadas de aceite, sal y tomate. Para acompañar a bocadillos y sándwiches. Igualmente, en la elaboración de salsas, sopas frías y entrantes.

  1. En la elaboración de platos cocinados se utiliza para aderezar sofritos para estofados y otros guisos, preparación de asados al horno ya sean de carne, pescado o verduras. También,  es ingrediente indispensable en la elaboración de pan, galletas, bizcochos, magdalenas y todo tipo de productos de repostería.



Los beneficios del aceite de oliva virgen.

1.  Es particularmente un protector de las enfermedades cardiovasculares.

2.  Está demostrado que una dieta que incluye aceite de oliva virgen mejora el colesterol en la sangre.

3.  Su consumo puede ayudar a prevenir la diabetes.

4.  Ayuda a prevenir ciertos tipos de tumores, entre ellos, el cáncer de mama. 


5.   Estudios científicos evidencian que el consumo habitual de aceites de oliva vírgenes ayuda a mantener el hígado sano y previene la aparición de enfermedades hepáticas. 

6.  Posee moléculas que tiene un efector antiinflamatorio.

7.  Protege contra enfermedades neurodegenerativas como la memoria y la enfermedad del Alzheimer.


Fuentes
  1. Jean Pierre Brow.  “Los usos antiguos de los productos de la viña y el olivo y sus implicaciones arqueológicas”

  1. María Raquel Picornell Buendía y José María Melero Martínez. “Historia del cultivo del olivo y el aceite; su expresión en la biblia”



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