¡Por fin llegaron las habas al huerto!
El fin de la cosecha (Frederic Morgan) |
Alumnado 1ºA
Beneficios de las plantas
Propiedades de las habas
- Las habas son especialmente ricas en hierro cuya absorción se ve potenciada por la presencia simultánea de vitamina C. También, contienen otros minerales como potasio, sodio, fósforo y magnesio. Su contenido en hidratos de carbono es
igualmente alto.
- Las habas tienen un alto poder nutritivo sin apenas lípidos;
poseen además un contenido elevado de fibra junto con vitaminas y minerales. Destacan la vitamina B1, ácido fólico, así como la vitamina C que supone aproximadamente la mitadde la vitamina C que puede contener un cítrico como la naranja.
- Las habas son harinosas, bajas en azúcar, grasa y sal. Su contenido en fibra ayuda a proteger contra el cáncer en el intestino y la diabetes.
Un ratito de algarabía
¡Por fin, llegó el día para las habas! Estaban preparadas y los niños y niñas también. Su llegada al huerto, bastante alegre y llena de felicidad.
Dejamos reposar un ratito su algarabía y por fin... ¡nos sentamos! Mostramos las semillas de habas cosechadas en nuestro huerto hace dos años y que guardamos en un tarro de cristal en lugar oscuro y seco. No hubo que esperar mucho tiempo, pronto alguien anunció claramente que eran que eran habas e incluso, que eran habas secas. Ciertamente no era lo que podríamos haber supuesto en un principio, pero siempre hay quien es adelantado al grupo.
Explicamos con detenimiento y comprendieron que las habas que ellos cosechan para comer, se recogen cuando están bien tiernas. Las que vamos a sembrar las cosechemos bien maduras y se han de dejar un largo tiempo a la sombra para que sequen bien y poder tener semillas de habas para tener una nueva cosecha.
Las tomaron en sus manos y comprobaron su forma, su olor, la textura, el color y su dureza. Toda una gama de sensaciones encerradas en una semilla de haba.
Les gustaron las habas maduras y marrones. Todos querían llevarse unas semillas. Al momento, todo se solucionó, convenimos con los niños y niñas que se las semillas de habas que sobraran las llevarían a clase para más adelante sembrarlas en recipientes desechables y que sirviesen como experiencia en la observación de su germinación y crecimiento.
A continuación, nos pusimos manos a la tarea. Se comenzaron hacer los hoyos y lo primero que se encontraron fueron…¡lombrices! No faltó valentía para observar las lombrices en sus pequeñas manos, sin embargo, Emilio gritaba asustado, ¡ufff, qué asco!. Después de la experiencia de las lombrices, comenzaron a dejar sobre cada hoyo hecho tres o cuatro semillas. Se cubrieron con tierra y las empaparon con abundante agua.
Buena labor de equipo y mejores ganas y entusiasmo. ¡Enhorabuena!
Toda una gama de sensaciones
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