domingo, 17 de junio de 2018

COSECHA PATATAS


Cosecha de patatas sobre la abierta tierra



Alumnado 2ºA

Campesinos cosechando patatas (Camille Pissarro)


Sobre lo escrito


Sobre la vieja mesa, que durante tantos años vio tanta hambre aliviar, reposa un plato raspado y deslucido, un viejo y gastado cuchillo y una botella medio vacía de vino acompañada de su fiel vaso, no menos desgastado y ajado que el plato.

Junto al rescoldo de la maltrecha y deshecha chimenea, dos patatas con su piel dorada por el calor, esperan aliviar el hambre del tío José y la tía Francisca.
-¡Francisca, saca las patatas o se quemarán! –manda el tío José.
Sobre el plato raspado y deslucido se ofrecen dos patatas abiertas como la tierra misma que las vio nacer. Mientras, las manos dichosas del tío José reparten la sal y pimienta sobre ellas.
 “De vida y recuerdos”





Día completo en el bancalico. Un paseo para comenzar y dejar que los alumnos y alumnas capten todo a su alrededor. Después, buscamos dónde poder encontrar patatas. Pronto descubren dónde están. El caballón de las patatas se muestra elegante en nuestro huerto y les revela, de manera voluntaria, que están allí.



Descubierto el lugar, es momento de hacerse con la vieja azada y comenzar la faena. El grupo de niños y niñas a un lado y al otro, la azada cortando la tierra en tormos apretados que esconden las patatas. Algunas de ellas, se resisten a soltarse de la “madre” planta. Mientras, los niños y niñas, gozan del momento y de la satisfacción por descubrir lo nuevo.  Son sus pequeñas manos las que, como si del mejor de los tesoros se tratara, con esmero y placer las limpian de tierra, para luego, llevarlas a clase. Ya tenemos escusa para elaborar una sabrosa receta con… ¡patatas del bancalico!.



Después, los niños y niñas completan su visita al huerto regalando fresca agua sobre los cultivos de pimientos y tomates.
¡Toda una sesión bien completa!


Calurosa mañana


















Encuentro admirable






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