Rincón de experimentos
22. Pimientos de dos años y para dos cosechas
¿Qué pretendemos?
Con la llegada del
otoño, los cultivos de primavera comienzan a decaer por la presencia del frío y
la falta de calor, El desarrollo de las plantas de tomates, berenjenas y
pimientos se debilita y disminuye. Los frutos y las flores, entres sus ramas, empiezan a escasear. Ha
llegado el momento de arrancar las matas, cavar, remover la tierra y prepararla
para otros cultivos de la época.
Y así fue, quitamos
las matas de tomates y berenjenas y dejamos las plantas de pimientos. A través
de este experimento, queremos llegar a conocer qué pasará con dichas matas a lo
largo de todo el invierno y si serán capaces de volver a rebrotar y poder tener
nueva cosecha de pimientos en la primavera siguiente. Para ello, elegimos los
pimientos de campanilla, pues son los que más atraen al alumnado.
Materiales
1.
Una caja de madera o plástico
2.
Un capazo
3.
Unas tijeras de podar
¿Cómo lo hacemos?
En primer lugar,
cosechamos todos los pimientos de campanilla que aún quedan en las matas de
pimientos. Después, agrupamos los pimientos según estén maduros o verdes. Estos
pimientos los podemos aprovechar en la cocina. Las campanillas rojas pueden
enristrarse y secarse para ser aprovechadas a lo largo del invierno.
Una vez que las
matas no tienen pimientos, vamos cortando y desechando las ramas. El corte de
las ramas se hará tomando como referencia el troco de la mata y dejaremos entre
tres o cuatro trozos (unos diez cms) de
las mejores y robustas ramas que salen del troco. Las demás ramas
(pequeñas, delgadas, pachuchas…), las eliminaremos.
Una vez podadas las matas de pimientos, recogemos las ramas que
quedaron en el suelo. Si diponemos de recipiente para el compost, las iremos
cortando y las depositaremos en el mismo.
Tras el
experimento
El alumnado ha
observado y comprobado:
1. Que a finales de otoño, nuestros cultivos de primavera son
escasamente productivos y que ha llegado la hora de eliminarlos del bancal.
2. Que las matas de
pimientos que han producido su primera cosecha (primer año) y se les ha dejado
en el bancal, habiendo sido podadas, regadas, abonadas y tratadas
convenientemente, han vuelto a producir nueva cosecha (segundo año) y, exactamente,
como la anterior.
Junto a las
plantas de los frutos
que ríen
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