domingo, 18 de octubre de 2015

SIEMBRA HABAS

Llegó el momento de la siembra de habas


Alumnado 5º A

Curiosidades




Durante el reinado de Isabel I, hubo ocasiones en que los panaderos debieron cumplir la orden de amasar su pan con harina de habas por escasez en las cosechas de trigo.



Paisaje con carro y tren al fondo (Vang Gogh)

Llegada está época de final de verano y principio de otoño, en nuestro municipio, desde hace muchos años, no había bancal en la huerta que no tuviese un roal  (trozo de tierra en murciano huertano) de tierra con habas. Las habas se convirtieron en un alimento bastante aprovechado en las casas para el sustento de las familias.

Primeramente se consumían las habas bien tiernas y acompañadas con un buen trozo de tocino, jamón o salazones de pescado, como: bonito, sardinas de bota y bacalao. Después, una vez recogidas las habas bien maduras y bien secas, se consumían cocidas acompañadas de hueso de jamón, cabeza de ajos, trozos de chorizo y tocino, laurel y guindillas picantes. Todo ello conformaban un plato que servido bien caliente, proporcionaba a las familias huertanas, el calor suficiente para ahuyentar los fríos días de los crudos inviernos (inviernos bien fríos y desagradables). A este plato tan característico de nuestra tierra se le llama Michirones.

Como no podía ser de otra manera, en nuestro huerto llegó la hora de la siembra de habas. Para dicha tarea se apuntó el alumnado de 5º A. Por cierto, estuvieron bien interesados, con ganas e ilusión. La siembra de habas es bien sencilla y los alumnos y alumnas cumplieron con nota dicha tarea.

Para la ocasión, contamos con unas semillas de habas que un lugareño nos regaló, el tío Antonio. El tío Antonio, como es costumbre, todos los años siembra sus habas y siempre deja que maduren unas vainas para sacarle las habas secas que serán las semillas para el próximo año. Según nos dice el tío Antonio, son unas semillas de habas de buenísima calidad. Ya le contaremos como nos fue en nuestro bancalito.

Explicamos la sencilla tarea a los niños y niñas y después de organizarnos. Sembraron una fila de habas con diez golpes. Excavaron un pequeño hoyo, pusieron tres semillas de habas, cubrieron de tierra y finalmente, les regalaron el agua, que obviamente, nunca puede faltar a cualquier siembra o plantación.

Después de todo ello, ahora sólo queda esperar a ver cómo nacen las plantas de habas y cómo se van desarrollando. El alumnado queda avisado para ir observando y proporcionarle los cuidados que requiere el cultivo.


Envuelvo mis descubrimientos


Con ansia y curiosidad


deseo pisar y tocar la tierra


en una feliz jornada.


Trabajar con empeño


envolviendo descubrimientos


que enciendan mi alma.



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