Las primeras lechugas en el bancalico
Alumnado 5º B
Retazos de antaño
Brincando sobre las piedras de un río Segura pobre de agua, alcanzaban la otra orilla los zagales y zagalas para aminorar el calor y porque no, también, el hambre atrasada con melocotones maduros y aromáticos.
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El huerto en el hermitage (Camille Pisarro)
El huerto estaba esperando y el grupo de alumnos y alumnas de 5º B, se apresuraron a ofrecerle compañía. Esta vez, la compañía vino de la mano de una plantación de lechugas. Plantación que, la propia tierra del bancalico agradecerá, pasado un poco tiempo, al alumnado.
La tierra siempre es agradecida con las manos que la cuidan y la trabajan. Seguramente, por eso, cuando así sucede, la tierra siempre recompensa y regala con toda la admiración y respeto para quien la toca, la acaricia y la atiende.
Pasado un poco tiempo, nuestro alumnado verá como el escaso verdor de las plantas de lechuga, que hoy dejaron sobre la tierra, se verá acrecentado en señal de regalo.
¡No hay tiempo que perder! El alumnado está listo, las herramientas también, y las ganas de hacer la tarea abundan. Pronto se hacen con la técnica de la plantación y disfrutan de ello. Cada niño y niña va poniendo su planta sobre la generosa tierra y con el trabajo de todos ellos, dejan una fresca hilera de lechugas.
Vale mucho estar contigo
Bajo cielo azul triunfante
son nítidos los recuerdos que nos esperan.
Sobre una tierra color húmedo
calmo la sed de tocarla.
En el propio huerto
el mismo cielo nos despide.
Respirando generosidad
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