domingo, 10 de noviembre de 2019

SIEMBRA HABAS


“El vendedor de habas siempre dice que cuecen bien”


Alumnado 3ºB



Arando y sembrando (Simon Bening)



Sobre lo escrito






De las habas

Quieren tierra gruesa, sustanciosa, y algo arcillosa, bien labrada y mullida, en sitios abrigados y un tanto húmedos, pero no ocasionados á nieblas.

Siémbranse por octubre, y en climas mui frío» por marzo. La simiente, despues dé tenida uno a dos días en remojo , póngase por golpes de á dos ó tres granos en liño, escojiendo día de humedad ó lluvia. Los liños disten entre sí , cuanto quepa el labrador para trabajar y escardar; los golpes en cada liño, á un pié uno de otro. Luego se cubre y allana el terreno con la rastra.

La cosecha de habas alterna con las de cereales ú otras, sin empobrecimiento del campo: si, sembradas espesas, se entierran en verde para abonarlo, grandemente lo enriquecen.

El haba, verde ó seca, sirve para alimentar al hombre: en grano y paja se destina principalmente para el pienso y cebo de toda clase de ganada.

Manual de agricultura (Alejandro Oliván)






Golpe a golpe, siembra de habas








¡Por fin, llegó el día! Estaban con ganas y con deseos. Pero la paciencia siempre reporta lindos frutos.







Llegó el grupo de 3ºB al huerto, bastante alegre y llena de felicidad. Dejamos reposar un ratito su algarabía y por fin... ¡nos sentamos! Mostramos unas vainas de habas cosechadas en nuestro huerto el pasado curso escolar y que habíamos dejado madurar bien. Pronto alguien del grupo contestó acertando lo que eran, son…¡habas! En cualquier caso, la mayoría del grupo les resultó difícil reconocer las habas. Era lo que podríamos suponer, las vainas de habas, probablemente, siempre las habían visto de color verde, pero esta vez estaban con aspecto negruzco y sucio.  Les explicamos con detenimiento y comprendieron que las habas que ellos cosechan para comer, se recogen cuando están bien tiernas. Las que vamos a sembrar las cosechemos bien maduras, después, las dejamos secar a la sombra y el tiempo se encarga de darles el aspecto que tienen.






Rompimos algunas vainas y comprobaron que dentro estaban las habas. ¡Pero son de color marrón!, respondieron inmediatamente algunos niños y niñas. Así es, ya no son verdes como las que comemos. Las que comemos recién cosechadas están bien tiernas, les respondimos.  








Les gustaron las habas maduras y marrones. Todos querían llevarse unas semillas. Y al final…¡les regalamos algunas a cada niño! Al mismo tiempo, convenimos con los niños y niñas que se las llevaran a clase para más adelante sembrarlas en recipientes desechables y que sirvan de observación y comprobar como germinan y se desarrollan las plantitas.






A continuación, nos pusimos manos a la tarea. Se comenzaron hacer los hoyos y depositaron en cada uno de ellos tres semillas. Se cubrieron con tierra, y después, no les faltó el agua. El agua que les volverá a dar vida.




Maravilosa labor de equipo y con muchas ganas y entusiasmo. ¡Enhorabuena campeones!



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