domingo, 5 de febrero de 2017

ATADO LECHUGAS

Como antaño: atado de lechugas




Alumnado 5ºB


Monjes trabajando en el huerto del convento


Sobre lo escrito



De las lechugas

Luego que las lechugas han adquirido todo su tamaño, se atan y se entierran para curarlas y blanquearlas, y de este modo se hacen mas tiernas y delicadas, y sus hojas pierden su color natural verde, y se vuelven blancas. Muchos acostumbran recoger y atar todas las hojas de las lechugas con una ó dos ligaduras, y las dejan de este modo por tres o cuatro semanas, en cuyo tiempo se hallan ya enteramente blanqueadas y en disposición de poderse sacar de tierra para el consumo.

 Libro cuarto, capitulo XII: de las lechugas (Agricultura general de Gabriel Alonso de Herrera)


















Ya con las lechugas bien creciditas, llevamos a cabo una de las tareas que tradicionalmente se ha venido haciendo en nuestra huerta de Molina de Segura: el atado de lechugas.

Explicamos al alumnado que la tarea del atado de las lechugas es bien sencilla y se realiza con el fin de que las hojas centrales de la lechuga que forman el cogollo de la misma, quede más blanquecina y tierna. Estos cogollos son bien apreciados en la cocina para realizar ensaladas crudas, bien solas o acompañadas de otras hortalizas. El atado de las lechugas se realiza, generalmente, unas tres semanas antes de su cosecha.







En nuestro caso utilizaremos hilo para atar las lechugas, pero antiguamente en nuestra huerta tradicional los huertanos y huertanas lo hacían con tallos de esparto. El esparto lo humedecían para que fuese más flexible y poder manejar mejor.







Para la tarea formamos parejas de alumnos. Así, uno de ellos abraza todas las hojas de la lechuga y su compañero o compañera con el hilo ata la lechuga.







Finalmente, quedan todas las lechugas atadas y el alumnado observa orgulloso el trabajo realizado y lo aprendido.





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