Alumnado Infantil 5 años
Recuerdos
Como cada año, sobre el mes de marzo y regresando las golondrinas, los hombres de la huerta se prestaban a la faena de la limpieza de acequias y brazales.
Recién acabada la labor, tomaba protagonismo la mano espontánea y generosa de la naturaleza. El fango y lodo acumulado y despojado del fondo de las acequias, se depositaba sobre sus motas y al refugio del frío, entre zarzas, carrizos y cañas, y con la humedad del cieno, germinaban las binzas de tomate, que las aguas de las acequias arrastraban, y crecían las más hermosas tomateras.
Llegado el mes de abril, hombres y mujeres de la huerta buscaban las tomateras sobre las márgenes de las acequias para llevarlas al bancal. Sobre un suelo rico y fértil de la huerta, las hacían crecer y las cultivaban con complacencia y en agradecimiento a la propia naturaleza.
Campesinos (Delmer Apufran) |
Empieza a asomarse la primavera y empieza a despertar el calor. Con ese sol y ese buen tiempo, los niños y niñas de cinco años, salieron al huerto.
Lo primero, sentarse y observar. Todo está bien preparado y lo necesario para para la plantación: escardillos, regaderas y las tomateras verdes, de verde tomatera.
Lo primero que hicimos fue entregar una planta a cada alumno para que la observaran y pudieran decirnos de qué planta se trataba. No hubo medio de que acertasen. Cualquier tipo de planta les parecía y ninguno tuvo la suerte de adivinar. Dimos algunas pistas y finalmente… ¡Tomate, tomate! Respondieron algunos. Después, comentamos algunas curiosidades y características del tomate y su planta. Les hicimos pasar los dedos sobre los “pelillos” de los tallos y quedaron entusiasmados, el perfume que desprenden es inconfundible y hasta bien agradable. Se agradece.
Después, de la observación e información sobre el tomate, explicamos las tareas para hacer una buena plantación. Planificamos las distintas tareas y damos comienzo.
Una vez realizada la plantación y haber hecho el riego preciso, nos despedimos hasta nueva ocasión. El alumnado contento y feliz regresó a su aula. Queda esperar y observar como va transcurriendo todo en su plantación.
Complacencia y agradecimiento
Arráncame del cieno húmedo
Con ligereza y suavidad
abrígame en tu suelo fértil
Para ser complacente y generoso
con la naturaleza
que me dio cobijo y vida
y así devolverle
lo que un día me regaló.
Siempre a tu lado, amada naturaleza.
Admirando la naturaleza
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