martes, 4 de diciembre de 2018

SIEMBRA AJOS TIERNOS


Ajos al refugio de la tierra


Pintura egipcia


Alumnado 2ºB



Sobre lo escrito





De la improductividad de los campos, consecuencia del incumplimiento del officium de agricultor.


“que todos los problemas vienen de nuestra culpa, pues nosotros hemos encomendado los cultivos a los peores de nuestros esclavos como a verdugos que debieran castigar la tierra, a la cual nuestros antepasados tanto mejor la trataron cuanto mejores fueron”.

“Si los preceptos de ésta fueran puestos en práctica siguiendo las normas antiguas, incluso por personas sin previa instrucción, con tal de que éstas fueran los propietarios de los campos, los cultivos sufrirían menos quebranto; pues siendo los dueños, sus desvelos compensarían en gran medida los daños causados por su ignorancia, y, tratándose de su propio interés, no les gustaría que los considerasen unos eternos desconocedores de su propio negocio; y más deseosos por ello de aprender, llegarían a conocer a fondo la agricultura”
Fragmento De re rústica (Lucio Junio Moderato Columela)








Sostenidos sobre mágico recuerdo




¿Sabéis qué tenemos en esta caja? Todos los alumnos y alumnas saben los que son. Les son familiares, son, exactamente ajos. Cabezas de ajos y dientes de ajos.






Les comentamos que las cabezas de los ajos no son raíces, sino la parte baja del tallo que se va engrosando poco a poco hasta formar esa forma tan especial que es la cabeza de ajos. Además, muchos de los dientes de ajo están brotando su pequeño tallo verde. Lo observan y quedan admirados de ello.






Después, explicamos la tarea de la siembra de los ajos y para ello, contamos al alumnado que se han de sacar los dientes de ajos, pues son los dientes de ajos los que se pondrán debajo de la tierra para formar una nueva planta con su nueva cabeza de ajos. Dejamos la caja con las cabezas de ajos al alcance de los niños y niñas y pronto se afanan en desgranar las cabezas.






Sólo queda meter cada diente debajo de la tierra. Para la tareas mostramos las plantaderas con las que irán haciendo los pequeños hoyos en la tierra y, a continuación, hacemos una práctica para que observen y aprenden. Finalmente, acotamos el bancalico para que no haya equívocos y les comentamos que no deben cubrir los hoyos con los dientes de ajos hasta que no acabemos todo el trozo del suelo a sembrar.






Los niños y niñas se divierten enterrando los ajos y se entregan a ello. Pronto quedan los dientes sembrados, luego, cubren con tierra los hoyos y, acaban, cubriendo de agua toda la siembra. 



  
Comprometida siembra



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