Tierra húmeda, infantiles manos y lombardas
Alumnado infantil 3 años
Sobre lo escrito
De los almendros:
Los almendros son de una de dos maneras ó dulces ó amargos: quieren todos tierras enjutas, secas, guijarrales y tierras ó suelos duros, y aun en arcillas se crian bien: quieren estos árboles tales tierras, que casi para otro linage de árboles son sin provecho, que en las tierras gruesas y húmidas y sueltas ó no llevan fructo, ó muy poco y pocas veces, que toda su virtud echan en vicio, sin provecho, y enloquecen: quieren sitios hacia mediodía. Ansimismo quieren lugares altos y tierras calientes, porque en lo frió quémanse con el yelo. Para los almendros son muy buenas las laderas hacia el sol, que el cierzo les es muy contrario.
Capítulo IX del libro III de Agricultura (Alonso de Herrera)
Dos días antes, la lluvia había pintado de humedad la generosa tierra de nuestro huerto. Sobre un tapiz remojado e impregnado de puro otoño, el alumanndo de infantil de 3 años, los pequeños de la, siempre, escuela, se ilusionan y se animan sin sonrojo a entrar por vez primera al bancalico.
Todo les parece increíble, extraordinario, impresionante… ¡fantástico! Las ganas y la soltura por hacer algo que, por el momento, desconocen les hace sentirse mayores. Asumen las tareas como si en otras ocasiones las hubieran realizado y se ponen manos a la obra.
Los escardillos abren la tierra dócilmente y, al momento, cada cual tiene su hoyo en el que pondrá su planta de lombarda.
Después, su adiestramiento en el manejo de las regaderas queda de manifiesto en el necesario y exigido riego de las plantas.
Finalmente, y antes de irse, descubren los pimientos que aún encienden e iluminan nuestro huerto y con un puñado de campanillas se despiden de su huerto.
Sobre tapiz remojado
Los pequeños de la escuela de siempre
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