LA
CONSERVACIÓN
DE
HORTALIZAS: LOS ENCURTIDOS
Desde hace cientos de años, griegos, romanos,
egipcios…se preocuparon por garantizarse el consumo de hortalizas y frutos en
determinados momentos en los que escaseaban o no se disponían porque estaban
fuera de la época de cultivo. Generalmente, era la época de invierno en la
que disminuía la producción de alimentos provenientes de las huertas o simplemente, se carecía de ellos. Así, a lo largo de la historia, las
sociedades humanas, en su constante cambio social y desarrollo humano, con el
fin de mejorar sus condiciones de vida y de cubrir sus necesidades básicas
para alcanzar una mejora de su calidad de vida en perfecta armonía con su
medio, sin dañarlo ni alterarlo, pretendieron descubrir y averiguar de qué manera
podrían conservar hortalizas y frutas durante la época de cultivo y
recolección y por tanto, garantizarse el consumo de las mismas, en la época
invernal.
Mediante la observación y analizando los fenómenos
naturales que ocurrían a su alrededor y sin darse cuenta, ni tampoco
entendiendo, los procesos físicos y químicos que ocurrían y que retrasaban la
putrefacción de los alimentos, fue como descubrieron aquellos hombres y
mujeres, distintos modos de conservar los mismos. Entre los variados modos de
conservación destaca el encurtido de
frutas y hortalizas.
¿Qué
es el encurtido de frutas y hortalizas?
El encurtido es un proceso consistente en colocar
y mantener a ciertas hortalizas y frutos en una solución de agua, sal y
vinagre para su posterior consumo. El encurtido permite conservar alimentos
durante varios meses y mantenerlos con todas sus características nutritivas
en perfectas condiciones. De esta manera, en épocas o períodos de tiempo en
los que no es posible cultivar, por razones climáticas (frío) o desastres
naturales (desbordamientos de ríos, sequías, plagas sin control…), se pueden
tener ciertos frutos y hortalizas para consumirlas.
¿Cómo
se elaboran los encurtidos en agua, sal y vinagre?
El encurtido de frutas y hortalizas es una técnica
de conservación bastante antigua y que en nuestra tierra de Molina de Segura,
se ha venido realizando desde tiempos remotos.
Nuestros antepasados, abuelos
y abuelas, solían conservar alimentos, fundamentalmente, pimientos y tomates
verdes en agua, sal y vinagre, con la finalidad de prolongar la vida de
dichos frutos que cosechaban en sus huertas y que consumirían en la época fría
de invierno.
El pimiento en diversas variedades (amarillo,
guindilla, bola, italiano, morrón…) de nuestra huerta molinense, ha sido
históricamente, uno de los cultivos abundantes por sus cualidades en la
cocina, llenando de color y sabor a sus platos, y por los recursos económicos
que proporcionaba a las familias de nuestra huerta. Principalmente, el
pimiento de bola (también llamado ñora) fue antaño dueño y señor de bancales
en nuestra huerta, desde su siembra en las almajaras, durante su cultivo, su
cosecha y acabando con su secado para la elaboración del pimentón.
Durante los meses de verano (julio, agosto y
septiembre) se cosechaban los pimientos, y nuestros mayores, huertanos y
huertanas los consumían en su estado natural y al mismo tiempo, también
elaboraban las conservas de pimientos en aguasal y vinagre. Esos pimientos
encurtidos fueron y siguen siendo la delicia para acompañar los excelentes
guisos que han caracterizado y aún siguen protagonizando la cocina de nuestro
pueblo: arroz y habichuelas, potaje de acelgas, olla gitana, lentejas con
chorizo…
La elaboración de encurtidos es bien sencilla y rápida.
La podemos emplear en una gran variedad de hortalizas como: cebollas,
coliflor, zanahoria, apio, pimiento, tomate verde, brócoli, etc. Para ello se
requiere:
- Alguna variedad de hortalizas de las anteriores mencionadas
- Agua
- Sal
- Vinagre de vino blanco
- Recipiente vidrio o plástico
El modo de preparación es bien sencillo:
- Se cogen los pimientos para conservar y se lavan muy bien con agua.
Se corta el rabo que lo une al tallo y se hace un corte en la parte
inferior del pimiento para que pueda entrar el líquido de aguasal y el vinagre.
- En un recipiente se realiza una solución de agua salada. Para
saber la cantidad exacta de sal en el agua, se coge un huevo e iremos
añadiendo sal hasta que el huevo flote. En ese momento, la solución de
agua salada estará lista.
- Sobre otro recipiente (cristal o plástico) vamos colocando los
pimientos, lavados y con el corte en la parte inferior, poco a poco y apretando
cuanto podamos para reducir al máximo los huecos del recipiente.
- Llenamos el recipiente con el líquido de aguasal y añadimos un
poco de vinagre. Deberemos revisar el nivel del líquido en el
recipiente, pues, irá bajando y por tanto, hay que completar con más
líquido hasta llegar al borde.
- Reservaremos el recipiente con los pimientos, preferentemente, en
un lugar seco y oscuro. En cuestión de dos semanas, estarán listos para
consumir.
Importancia
del vinagre y la sal en los encurtidos
El vinagre
es un líquido de sabor agrio producido por la fermentación ácida del vino y
compuesto principalmente, por ácido acético y agua.
En la elaboración de encurtidos el vinagre se presenta
como elemento fundamental por sus propiedades antisépticas, ya que impide que
se desarrollen microorganismos patógenos o bien, los mata. Estos
microorganismos, que sólo son visibles a través del microscopio, son los
causantes de enfermedades infecciosas. Además, el vinagre impide la
descomposición o putrefacción del fruto u hortaliza que queremos conservar.
En cuanto a la sal, es una sustancia blanca, cristalina de sabor
desagradable, que se disuelve perfectamente en agua y que se emplea como
condimento en cocina. Junto al vinagre, es elemento esencial en la producción
de encurtidos pues, ayuda a mantener la dureza y solidez de los frutos y
hortalizas y les proporciona sabor.
El vinagre y la sal, por tanto, se convierten en sustancias
esenciales en los encurtidos y además, son productos completamente naturales,
lo que nos garantiza que los encurtidos son un producto, cien por cien,
natural.
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