LA
LEYENDA DEL GUSANO DE SEDA
Según
cuenta la leyenda china, la seda se descubrió en el año 2640 a. C. Cierto día
cuando Xi Ling Shi, esposa del emperador Huang Ti, se encontraba en los
jardines del palacio real bajo la sombra de una morera, decidió tomarse una infusión de té. Cuando bebía de su tazón,
de la morera algo cayó en su té, Xi Ling Shi intentó sacar aquello pero se deshilachó y se encontró con un manojo de hilo fino que parecía que
no tenía fin. Intrigada por lo sucedido, Xi Ling Shi cogió de la morera un
puñado de capullos y los metió en
la olla con agua caliente. Mezcló los capullos y al poco rato se convirtieron
en un gran ovillo. Después, lo sacó y se dio cuenta que aquel hilo tenía un
brillo natural y una textura lisa y suave que lo distinguía del resto de hilos
que ella mismo conocía.

Como
excelente tejedora, Xi Ling Shi, cogió aquel ovillo de hilo e hizo una madeja
con la que empezó a tejer sus primeras prendas que eran de las más suaves y
cómodas que nunca antes había tejido. Xi
Ling Shi había descubierto el hilo de seda y su extraordinario descubrimiento
se convirtió en el secreto de la seda. Como el hallazgo era algo excepcional
se consideró no difundirlo fuera de china y se guardó muy bien el secreto
hasta, aproximadamente, 1.500 años después de su descubrimiento.
Xi
Ling Shi fue considerada como la primera persona que comenzó a dedicarse a la
cría de gusanos de seda con la que elaborar la seda y la producción de
magníficos y admirables telares de seda. Así fue como los tejidos de seda
fueron elaborados por primera vez en la antigua china, y la emperatriz Xi Ling Shi quien comenzó a utilizar los
primeros vestidos de seda. Vestidos y telares de seda se convirtieron en
tejidos reservados exclusivamente a los miembros de la familia imperial
china, tanto para su propio uso como para ser regalado.
Con
el tiempo, dado que en la tradición y la cultura china cada vez se usaba más
la cría de gusanos y la producción de seda, acabó por extenderse hasta otras zonas
de China y la seda, por su textura y brillo, se convirtió rápidamente en un
producto de lujo muy apreciado por los comerciantes. Además, los telares de
seda eran muy accesibles y cómodos de transportar. Pero una Ley Imperial
decretó secreto la cría del gusano de seda para la obtención de la seda. No
podía ser conocido fuera de China, así todo aquel que revelara el secreto sería
torturado hasta morir.
Durante
muchos años, los chinos lograron conservar el secreto de la producción de la
seda por medio de medidas sumamente drásticas. Aplicaban hasta la pena de muerte a quien se atreviera
a sacar de su territorio huevecillos, gusanos o mariposas de la especie.

Cuando el
emperador romano Justiniano tuvo la idea de enviar a monjes para predicar el
cristianismo por oriente, aquellos monjes conocieron de las excelencias de
los tejidos de seda y quedaron maravillados de la crianza del gusano de seda
y los procesos de elaboración de la seda. Por las cabezas de aquellos monjes
pasaba la idea de poder sacar del país semillas de morera y huevecillos de
los gusanos de seda, pero igualmente, sobre sus cabezas pesaba la estricta y
severa condena que les caería. Pero la posibilidad de que pudieran conocer
fuera de China el secreto de la crianza del gusano de seda, les armó de valor
y astucia. Uno de aquellos monjes ideó un plan. En el hueco de sus bastones
de bambú, introdujeron semillas de
morera y huevecillos de gusano de sea, y así, cuando decidieron salir del
país, lograron burlar la
vigilancia a que estaban sometidos y consiguieron sacar hacia sus territorios.

De
esta manera con el paso de los años, la crianza del gusano de seda llegó a
Europa. Italia, Francia y España fueron los lugares donde obtuvieron
excelentes resultados y la crianza del gusano de seda se convirtió en una
práctica y rentable actividad para muchísimas personas que decidieron
dedicarse a ello.
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Me parece muy interesante este maravillosísimo articulo😊🐱🐉❤
ResponderEliminargere se chine
ResponderEliminargere de chine te er a espeñe ñeñeñeññeeeeeeeeeeeeeeeeeee
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