Rincón de
experimentos
21. Plantación árboles a raíz desnuda
El manzano en la colina de Chantesmesle (Monet) |
Almendro en flor (Van Gogh) |
Ciruelos en flor (Van Gogh) |
¿Qué pretendemos?
Con
la plantación de árboles en invierno pretendemos introducir al alumnado en una
práctica que desde muchos años se ha venido haciendo en huertos y campos. En
nuestra huerta de Molina de Segura, aún pervive este modo de dotar al suelo de
nuevos árboles para deleite de sus frutos.
Igualmente,
queremos hacer saber a nuestros alumnos y alumnas que en esta época de invierno
los árboles frutales de hoja caduca han perdido todas sus hojas y no tienen
vigor para desarrollarse y por tanto, están en reposo absoluto. Así pues, es
durante este tiempo de inactividad vegetativa, el momento idóneo para realizar
su trasplante al lugar definitivo.
Además,
los árboles frutales son bien fáciles de manejar en la tarea de la plantación,
su coste económico es bastante menor que cuando se compran en maceta y casi
siempre, el agarre del árbol en la tierra está casi asegurado.
Materiales
·
Un
ciruelo, un almendro y un manzano
·
Tijeras
de podar
·
Humus de
lombriz
·
Regaderas
·
Palas
·
Cañas
·
Hilo
·
Azada
¿Cómo lo hacemos?
1. Se realizan tres pozos profundos en el lugar
elegido para plantar los árboles dentro de nuestro huerto de árboles frutales.
Conforme se va cavando el pozo, vamos dejando al lado la tierra que sacamos.
2. Antes de meter el árbol dentro del pozo,
comprobamos el estado de las raíces. Con ayuda de las tijeras de podar
eliminamos las que estén podridas o alguna que sea excesivamente larga.
3. Introducimos
el árbol a plantar dentro del hoyo y cuidando que el punto donde se injertó la
variedad de árbol a plantar quede por encima del suelo del huerto.
4. Los niños y niñas van rellenando el pozo. En
el relleno los niños van mezclando la tierra sacada del suelo con el humus de
lombriz. Cuando se lleva la mitad de relleno, se pisa la tierra para que quede
bien compactada.
5. Una vez relleno el pozo con toda la tierra,
el alumnado va regando de manera suave. Acabado el riego, la tierra alrededor
del árbol desciendo, entonces, añadimos un poco más de tierra.
6. Con ayuda de la azada se hace un pequeño hoyo
alrededor del tronco del árbol para que contenga el agua de las sucesivos
riegos. Conviene durante algunos días regar para asegurarnos que las raíces
mantienen su humedad en la profundidad del pozo.
7. Cogemos una caña recia y la clavamos junto al
tronco de cada uno de los árboles, a modo de tutor. Con ayuda de hilo, hacemos
tres fijaciones del tronco del árbol a la caña. Con ello conseguiremos que
nuestros árboles frutales queden firmes y aguanten el posible vaivén o balanceo
producido por los niños y niñas en el patio. Nos aseguramos, por tanto, que las
raíces queden inmóviles y facilitamos su agarre a la tierra.
8. Finalmente, con ayuda de las tijeras de
podar, cortamos las ramas más largas y damos forma conveniente a nuestros
árboles.
Tras el experimento
El
alumnado ha observado y comprobado:
1. Que en los meses de enero y febrero son
idóneos para plantar árboles a raíz desnuda.
2. Los
alumnos y alumnas experimentan que la tarea de plantación de árboles frutales
es bien sencilla y además, muy divertida.
Conclusión
Nuestros alumnos y alumnas han tenido
oportunidad de experimentar y tomar conciencia sobre la importancia de plantar árboles y
poder aprovecharlos como cultivos y también, como una manera de crear y dar
vida al entorno escolar.
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