Como antaño: atado de lechugas
Alumnado
5ºB
Monjes trabajando en el huerto del convento |
Sobre
lo escrito
De las lechugas
Luego que las lechugas han
adquirido todo su tamaño, se atan y se entierran para curarlas y blanquearlas,
y de este modo se hacen mas tiernas y delicadas, y sus hojas pierden su color
natural verde, y se vuelven blancas. Muchos acostumbran recoger y atar todas
las hojas de las lechugas con una ó dos ligaduras, y las dejan de este modo por
tres o cuatro semanas, en cuyo tiempo se hallan ya enteramente blanqueadas y en
disposición de poderse sacar de tierra para el consumo.
Libro cuarto, capitulo XII: de las lechugas
(Agricultura general de Gabriel Alonso de Herrera)
Ya con
las lechugas bien creciditas, llevamos a cabo una de las tareas que
tradicionalmente se ha venido haciendo en nuestra huerta de Molina de Segura:
el atado de lechugas.
Explicamos
al alumnado que la tarea del atado de las lechugas es bien sencilla y se
realiza con el fin de que las hojas centrales de la lechuga que forman el
cogollo de la misma, quede más blanquecina y tierna. Estos cogollos son bien
apreciados en la cocina para realizar ensaladas crudas, bien solas o
acompañadas de otras hortalizas. El atado de las lechugas se realiza,
generalmente, unas tres semanas antes de su cosecha.
En
nuestro caso utilizaremos hilo para atar las lechugas, pero antiguamente en
nuestra huerta tradicional los huertanos y huertanas lo hacían con tallos de
esparto. El esparto lo humedecían para que fuese más flexible y poder manejar mejor.
Para la
tarea formamos parejas de alumnos. Así, uno de ellos abraza todas las hojas de
la lechuga y su compañero o compañera con el hilo ata la lechuga.
Finalmente,
quedan todas las lechugas atadas y el alumnado observa orgulloso el trabajo
realizado y lo aprendido.
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