Hacemos un alto en las siembras y
plantaciones de invierno. Hoy programamos abonar con estiércol de caballo y
hacer limpieza. Por cierto, el estiércol de caballo es un regalo de los
hermanos Campillo. Los Campillos, como se les conoce en Molina de Segura, tienen una pequeña instalación, en la huerta
de la pedanía de Torrealta, donde realizan trabajos de entrenamiento para la
doma de caballos y además, disponen de cuadras para la tenencia y cuidado de
caballos.
El alumnado como siempre dispuesto y con
ganas. Hacemos dos grupos para compaginar ambas labores.
Con el estiércol de caballo vamos a
enriquecer y hacer más esponjosa la tierra donde, dentro de unos días, vamos a sembrar las
zanahorias. Explicamos a los niños y niñas que pretendemos que la tierra quede
más ligera y no se apelmace. Ello facilitará el desarrollo de las raíces de las
zanahorias.
Por otra parte, con la limpieza queremos
retirar las hierbas que compiten con las plantas aromáticas en su bancalico y
al mismo tiempo, retirar las piedras que se han ido acumulando.
Menuda tarea la que tuvieron y la
respuesta, no pudo ser menos…¡Estuvieron a la altura!
La escarola es originaria de
la India pero
ya era consumida por los antiguos
egipcios. Fue muy valorada por las civilizaciones griega y romana.
Se suele consumir fresca en ensaladas.
La escarola pertenece
a la misma familia que las lechugas y las
alcachofas.
El segundo grupo de infantil 5 años B, tenía ganas de salir al huerto. Sus compañeros y compañeras, hace unos días, salieron e hicieron una plantación de lechuga baby.
El grupo de alumnos y alumnas se sentó bajo la sombra de los árboles, hacía calor y la situación lo aconsejaba. Les damos la bienvenida y mostramos las plantas. Las observan, pero no comentan nada. ¿Queréis una planta cada uno?, preguntamos. Todos responden que sí. Les entregamos una planta a cada niño y cada niña para que la observen. Nos detenemos en el cepellón con las raíces y la tierra que las cubre, el tallo y las hojas. Parecen lechugas pero tienen las hojas el borde con pequeños entrantes y salientes. ¡Son bonitas!, comenta una niña.
Después de la charla es hora de pisar el bancalico y empezar la plantación. Es bien fácil, le decimos. Se trata de poner cada uno y una la plantita que tiene sobre un pequeño hoyo hecho en la tierra, cubrirlo con tierra y acabar, poniéndole agua. Sin agua no sobrevivirán.
La tarea estuvo magnífica, los niños y niñas se mostraron bastante motivados y pusieron todas las ganas. Estamos seguros que las escarolas crecerán de maravilla.
El ajo
tierno es la planta joven que se cosecha antes que
el bulbo se haya
desarrollado completamente y suele emplearse en la cocina para preparar
tortillas y revueltos. En civilizaciones antiguas como China, Egipto, Roma y
Grecia, el ajo se consumía, hasta 4 dientes diarios, para prevenir enfermedades
y males y aportar energía.
Se dice
del ajo que lo cura todo.
Como aún nos quedaron cabezas de ajos tiernos de las que nos había dado el abuelo Pepe, les propusimos al alumnado de 4º B que los sembraran en el huerto. La idea la acogieron con entusiasmo. Nunca antes habían sembrado ajos, y más aún, ni siquiera sabían cómo hacerlo.
Les explicamos cómo son los modos y prácticas de la siembra y quedaron sorprendidos. Sobre el bancalico y sentado el alumnado a nuestro alrededor, les comentamos que para sembrar los ajos, necesitamos separar los dientes de la cabeza. Así, sembraremos un solo diente de ajo, y una vez germinado, empezará a desarrollarse para ir engrosándose la base de su tallo, que dará lugar a la cabeza de ajos.
Les hacemos saber que este tipo de ajos se les llama tiernos, porque lo que consumimos es su tallo cuando aún está joven y aún no se ha desarrollado la cabeza. Algunos alumnos y alumnas comentan que en su casa los consumen, junto a otras verduras, en revueltos y también, salteados.
Mostramos las cabezas de ajos y aclaramos cuestiones. Las cabezas de estos ajos, las obtienen los huertanos dejando que los ajos tiernos que sembraron, se desarrollen hasta conseguir que alcancen su madurez y poder consumirlos como ajos secos y guardar algunas cabezas para la siembra del año siguiente.
Finalmente, explicamos la tarea de la siembra. Es bien simple, consiste en introducir con los dedos el diente de ajo debajo de la tierra, taparlo con tierra y por último, regar.
Se forman dos grupos de trabajo. Uno remueve la tierra en los bancalicos, mientras que el otro, empieza la siembra. Se intercambian las tareas y al acabar, se riega todo.
Buen trabajo y buena actitud.
¡Por cierto!...encontraron una lombriz de tierra y fue la protagonista de la sesión y…¡la clase! El grupo de alumnos y alumnas hicieron un poema. Su protagonista la lombriz de tierra del bancalico.
8. Extracción de semillas: pepino, pimiento y berenjena.
Alumnado 6º B
Yo quise
subir al cielo para ver
y bajar
hasta el infierno para comprender
qué
motivo es
que nos
impide ver
¿Qué pretendemos?
Con la extracción de semillas pretendemos introducir al alumnado en el conocimiento de prácticas que, a lo largo de
muchos años, huertanos y huertanas de nuestro municipio han llevado a cabo para
apropiarse de semillas, poder hacer sus semilleros y obtener las
plantas con las que hacer sus plantaciones que darían lugar a esplendorosos cultivos. Al mismo tiempo, tratamos de
sensibilizar y despertar el interés a nuestros alumnos y alumnas para que, en
cualquier momento, puedan llevar a cabo y desarrollar dicha experiencia que,
probablemente, sea de las más fascinantes y mágicas.
Varias han sido las sesiones que nos ha ocupado la experiencia. Durante la misma, nuestro alumnado ha podido se ha sentido con bastante interés y motivación. Las tareas programadas despertaron su curiosidad y al tiempo, su dedicación y entusiasmo. Profundización de
conocimientos, sentimientos y valores son los vértices que dibujan el triángulo de esta práctica llevada a cabo.
Entre las ideas de la extracción de semillas que quedaron flotando en el taller de experiencias, destacamos:
Es una actividad atractiva y placentera.
Nos permite obtener semillas sin ningún coste
económico, pues no tenemos que comprar las semillas.
Nos aseguramos que las semillas que sembraremos son de las especies que deseamos (cuando se compran, podemos encontrarnos con especies distintas a las que queríamos haber adquirido, pueden haber equívocos).
Obtenemos semillas de variedades de hortalizas y
verduras de la mejor calidad de
nuestro huerto.
Nos garantiza la supervivencia de especies
autóctonas.
Las semillas son de especies que están adaptadas
al microclima de nuestro entorno.
Materiales
Frutos bien maduros
Cuchillo
Cucharilla
Tarro de cristal
Colador
Papel
Bolsitas de plástico con autocierre
Rotulador
¿Cómo lo hacemos?
Según las variedades de hortalizas a
extraer las semillas, variarán un poco los modos de extracción de sus
semillas.
Pepino
Tomaremos un pepino bien maduro, que
habíamos dejado madurar en su planta. Cortamos un pequeño trozo en sus
extremos. Seguidamente cortamos a lo largo del pepino con el cuchillo y
obtenemos dos mitades. En el centro de cada mitad encontraremos sus semillas
que iremos separándolas con el dedo o con ayuda de una cucharilla y las
colocamos dentro de un pequeño tarro de cristal desechable.
Dejaremos las semillas y parte de la
pulpa de pepino dentro del tarro de cristal durante cuatro o cinco días para
que fermenten. Conviene cada día abrir la tapa del tarro y agitar el contenido.
Una vez transcurridos los cuatro o cinco días, pondremos las semillas en un
colador y lo colocaremos debajo del chorro de agua de un grifo. Con la ayuda de
los dedos haremos que la pulpa y las impurezas desaparezcan y dejaremos las
semillas completamente limpias. Una vez escurridas las pondremos en un folio y
las dejaremos a la sombra a que sequen perfectamente.
Cuando veamos que las semillas están
completamente secas, las pondremos dentro de una bolsita de plástico con
autocierre y anotaremos el nombre de la especie, la variedad y la fecha de
extracción.
Prácticas con misterio para soñar
Pimiento
Las semillas del pimiento se encuentran
en el pezón del mismo, es decir, la zona del pimiento que lo une al tallo de la
planta. Además, las semillas se encuentran formando una pequeña bola en dicho
pezón. Cortaremos el pimiento por la mitad. Tomamos la parte del
pezón, rompemos la piel del pimiento y extraemos la bola con las semillas. Con
ayuda de los dedos vamos retirando o despegando las semillas y las dejamos
sobre un folio que dejaremos secar a la sombra durante varios días.
Una vez bien secas las semillas, las meteremos en una bolsa de plástico con autocierre, le pondremos el nombre de pimiento, la variedad del mismo y la fecha de la extracción de
las semillas.
Hay una fuente que la llaman del saber
Berenjena
Tomamos una berenjena bien madura que habíamos dejado madurar en
su planta. Seguidamente, cortamos a lo largo de la berenjena con el cuchillo y
obtenemos dos mitades. Con ayuda del dedo o cucharilla iremos separando las
semillas y las iremos dejando caer sobre un papel. A continuación, pondremos las semillas
en un colador y lo pondremos debajo del chorro de agua de un grifo. Con la
ayuda de los dedos haremos que la pulpa y las impurezas desaparezcan y
dejaremos las semillas completamente limpias. Una vez escurridas las pondremos
en un folio y las dejaremos a la sombra para que sequen perfectamente.
Cuando
veamos que las semillas están completamente secas, las pondremos dentro de una
bolsita de plástico con autocierre y anotaremos el nombre de la especie, la
variedad y la fecha de extracción.
Finalmente, las semillas las guardaremos en un lugar oscuro y seco, es decir, en las condiciones contrarias que facilitan la germinación de semillas, y que son la luz y la humedad.
Sólo nos queda esperar a la fecha idónea de realización del los semilleros y poner las semillas en contacto de agua y tierra, sus mejores aliados, que provocarán su germinación y su posterior desarrollo de las plantas.